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viernes, 8 de octubre de 2021

Viaje a España Pospandemia

Viaje a España Pospandemia


Son las 5 de la mañana y esta tarde, ya de noche, tenemos nuestro vuelo, no puedo ni dormir, aunque hoy me espera un día muy largo... 

Es 22 de septiembre, el primer día de otoño, comienza mi época del año preferida, la del aire fresco, la de los colores y olores que terminan con la belleza del invierno y la que nos preparan para vivir el frío que nos espera luego y que este año ya han anunciado que será temido. 

Y nosotros nos saltaremos esta belleza, esta preparación, porque volvemos al verano, a los más de 30 grados y al calor del Mediterráneo

Hoy, iniciamos viaje y mañana llegamos a nuestro Mediterráneo, a nuestra tierra, la que no nos ve y no vemos desde hace ya 3 años

Nosotros vamos o íbamos cada dos años, un año vamos nosotros y otro dejamos que la familia se anime a venir, o al menos intentamos animarles nosotros. Esto no fue planeado, pero las circunstancias obligan y te vas haciendo tus costumbres. 

No nos imaginábamos que iba a venir una pandemia mundial, que iban a complicarse de este modo los viajes internacionales y que nos iban a cancelar nuestros vuelos de regreso, como mandaba nuestra tradición a los dos años

Pero es que no hizo falta pandemia mundial, para complicarnos vuelos y viajes internacionales los años anteriores, solo problemas o asuntos de visados varios, de tiempos de procesos de green card eternos... Esta situación no es nueva, al menos para nosotros. 

En realidad nosotros nunca tuvimos prohibida la entrada a España y gracias a la Green Card, tampoco ninguna complicación extra, además de las normales en esta situación, para la vuelta a Estados Unidos

Una Green Card que nos ha dado este privilegio, pero que también no lo quitó en algunos momentos cuando pasábamos por todos los visados que tuvimos que pasar para conseguirla y otros cuando pasamos por todos los años que duró nuestro proceso eterno. 

Entonces no había pandemia mundial, solo advertencias de los abogados que decían, si salís del país ahora, no puedo garantizar que podáis volver a entrar. En esos momentos era el "quien algo quiere, algo le cuesta". 

Supongo que tras esos duros procesos, ahora hemos sido recompensados y hemos tenido opciones y con ellas las responsabilidades sobre hacer lo correcto, o lo que nosotros pensábamos que era lo mejor para todos, según las recomendaciones que nos estaban dando las autoridades. 

El verano pasado nos tocaba volver, después de dos años y no lo hicimos, nos cancelaron nuestros vuelos solo unos días antes de la fecha del viaje. 

Podíamos haber comprado otros, sí, podíamos. Podíamos haber ido de todas formas, sí y no hubiéramos sido los únicos, pero decidimos seguir las recomendaciones que nos llegaban a nosotros y a todos.

Y esperando, esperando y esperando, nos llegó la noticia de la vacuna, con lo que veíamos una esperanza como muchos otros para volver con más seguridad, con más responsabilidad. 

Ha sido una larga espera, nosotros casi hemos sido de los últimos que queriendo vacunarse, se han vacunado por aquí, pero la familia ha tardado más, mucho más que nosotros. 

Algunos de nuestros familiares que entre dosis de la vacuna, tienen 3 meses de espera, otros que dieron positivo y luego estuvieron 6 meses esperando por la vacuna, otros que dieron positivo entre vacunas y así caso a caso, una eternidad que por fin parece terminar. 

Parece porque ahora, por fin después de todas las esperas eternas, nos vuelven a decir que no recomiendan viajar, ahora nos dicen que la nueva variante es más peligrosa. Cuando ya se habían levantado todas las restricciones, hasta el uso de las mascarillas en los interiores, cuando todos parecían haber vuelto a la normalidad, vuelta a las restricciones. 

Pero es que además nos dicen que igual necesitamos una tercera dosis, que igual la vacuna, que resulta que no protege tanto como se esperaba, o esperábamos nosotros, igual pierde su eficacia a los seis meses

De hecho, ya han empezado ha suministrar terceras dosis, y esta vez en ambos lados, aquí y allí, aunque solo a ciertas personas. De momento todo son rumores, no es seguro aún que al resto de la población nos vayan a suministrar esa tercera dosis, pero ya volvemos a la incertidumbre y a las dudas. 

Incertidumbre de si tendremos que volver a esperar todos a nuestro turno, a que toda la familia se vuelva a vacunar de esa nueva dosis, de si esta variante traerá nuevas restricciones, de si estamos desaprovechando nuestra oportunidad, una que no sabemos si tendremos en el futuro... 

Una oportunidad que hasta ahora gracias a la Green Card nos ha dado un poco de más facilidad, porque si no hubiésemos tenido, tendríamos que haber solicitado un NIE, como han hecho muchos, pero eso implica más papeleos y más incertidumbre y más espera... más después de dos visados diferentes, de una renovación de uno de los dos, de un permiso de trabajo y de una Green Card que solicitamos 4 veces con tres empresas distintas hasta por fin, seis años después, poder tenerla en nuestras manos. 

O un viaje de 14 días a México, una opción más, pero que obviamente implica más gasto económico, más tiempo y más riesgo, al fin y al cabo México parece un destino muy popular durante la pandemia, no solo de turistas que quieren entrar en Estados Unidos, además de mucha otra gente que ha pasado sus vacaciones pandémicas por este país. Con tanto turista internacional, además de la situación del país, el riesgo de pasar 14 días por allí, supongo que en teoría es mucho mayor que volar directos a Estados Unidos

Más aún se reducirían los riesgos de contagio si Estados Unidos hubiese impuesto, como otros países, una cuarentena obligatoria y controlada. La medida de entregar un panfleto en el aeropuerto pidiendo a los viajeros que llegaban que se auto aislasen ha sido un cachondeo, lo hemos podido comprobar en Instagram fácilmente, ni FBI, ni CIA, ni espías profesionales han sido necesarios, los propios viajeros han ido colgando sus vídeos del aeropuerto directos a todos lados, incluidas fiestas multitudinarias, lugares turísticos... 

Al final y después de calentarnos mucho la cabeza, decidimos que ya habíamos esperado suficiente y que era ahora o nunca.  

Cogimos un taxi para llegar a la estación de autobuses de Portsmouth y desde allí el autobús al aeropuerto de Boston

Llegamos solo 8 horas antes de la salida del vuelo, ocho sí, ocho. 

La estación de autobuses de Portsmouth está muy cerca de nuestra casa, pero nunca habíamos pedido un taxi allí, al ser una zona más rural y en tiempos de pandemia, no sabíamos cómo de fácil iba a ser este paso. Finalmente fue tan sencillo o más que en la ciudad. 

El autobús aunque lo teníamos reservado con muchos días de antelación, funciona un poco diferente. No te garantizan asiento, los primeros que llegan son los primeros que se sientan y es posible que te quedes sin asiento, aunque tengas reserva

Lo positivo es que puedes montarte en cualquier bus anterior al que has reservado, así que al llegar, nos montamos en el que estaba allí ya. 


📹 Vídeos: 






Lo que no me queda del todo claro es que pasa si llegas al de la hora que tienes reservado y no hay asiento disponible, supongo que te dejarán subir en el próximo, pero si es el último del día creo que te quedas en tierra. Además dicen que solo es válido para el mismo día de la fecha. 

Los autobuses son cómodos, pero no permiten llevar ninguna maleta de mano a bordo, todo va abajo. Al menos son silenciosos y el trayecto solo tiene una parada antes de llegar y es rápido. 

Una vez en el aeropuerto de Boston, al menos en la zona de vuelos internacionales no hay mucho, solo una pequeña tienda abierta antes de pasar los controles. 

Iberia nos pidió el código QR que se consigue rellenando el formulario SpTH y también la tarjeta de vacunación

Pasamos el control bastante rápido, no había cola y además tampoco nos hicieron sacar los dispositivos electrónicos, ni nada.  

Dentro de la zona interior, había algunos locales abiertos, aunque también muchos cerrados y los que estaban abiertos estaban muy llenos. 


📹 Vídeos: 




A la hora de embarcar, Iberia solo hizo distinción entre primera, pasajeros con niños y el resto, por lo que fue un poco caos. 

Nosotros entramos de los primeros, pero una señora americana entró antes, justo delante mía y con una maleta de mano muy pesada. Ella estaba sentada en las primeras filas, pero no podía subir su maleta, tampoco le podía ayudar nadie de la tripulación, normas anti-covid, así que me dijo que allí se quedaba, en medio del pasillo, ella y su maleta. 

Al final me tuve que meter en un asiento para dejar pasar a Fran y él le subió la maleta a la señora para que dejase pasar al resto del avión y no nos quedásemos todos en Boston.  

El avión no iba vacío, pero tampoco lleno, de todas formas nos informaron que intentásemos movernos de nuestro asiento lo menos posible. Obviamente hubo quien se pasó el vuelo dando vueltas por el avión y sin mascarilla, también quien iba pasando y agarrándose a todos los asientos mientras se daba su paseo sin mascarillas y moviendo todos los asientos en los que algunos intentábamos descansar o dormir. 


📹 Vídeos: 




Pero lo mejor fue los dos señores chillando en mitad de la noche con todo el avión en silencio, manteniendo su charla tan animadamente. 

En cuanto a la comida, la han simplificado, pero aún no sigue siendo medio decente para ser comida de avión. 

Aún así no fue el peor vuelo que he tenido, así que uno listo, pasamos varios controles de pasaporte, de maletas de mano, aquí sí nos hicieron sacar todos los objetos electrónicos y después otro de pasaportes en el que me pidieron el código QR

En ese control le enseñé la cartilla de vacunación y me dijo que a ella eso no, que eso a los médicos, pero nadie me lo pidió en Madrid, solo en Boston


📹 Vídeos: 



Una vez pasados los controles, cruasán de jamón para desayunar con zumo de naranja y directos al vuelo a Granada

En el mini vuelo a Granada, como el bus, no caben las maletas de mano, así que van todas a parte, las dejamos en la puerta del avión y ya se encargan ellos. 

Aquí curiosamente sí que van embarcando por filas, de las últimas a las primeras. También para desembarcar, se va haciendo fila a fila de las de alante a las de atrás, además la azafata se pone de barrera, para que nadie se cuele y se haga en orden. Me sorprendió que en un avión tan pequeño, encima en el que nadie entra con maleta de mano, se hiciese tan ordenado, mientras en el otro fuese tan caótico, ambos de la misma compañía.  

En este vuelo no dan nada de comer, solo toallitas para limpiarse las manos, pero en menos de una hora estábamos ya en Granada.  

Una vez en tierra, la familia vino a recogernos, hicimos una parada en Motril para comer y ya directos a casa. 


📹 Vídeos: 




En casa, dejamos las maletas y directos a la farmacia a hacernos unos test, los primeros que nos hemos hecho nosotros, ya que hemos estado bastante aislados y al trabajar desde casa nunca hemos tenido que hacernos ninguno. 


📹 Vídeo: 



¡Los dos negativos y ya en casa, después de tres largos años!. 


ACTUALIZACIÓN


El otro día en Instagram conté con detalles todo el viaje de vuelta a Estados Unidos, no lo voy a compartir en el blog porque de todas formas el día 8 de noviembre vuelven a cambiar los requisitos y esto es tan variable, que seguro que están constantemente con cambios. 

Nos hicimos las PCR y también tuvimos que rellenar una declaración jurada, el Attestation Document, que se encarga de facilitarnos la compañía aérea con la que vayamos a volar. 

El vuelo de Granada a Madrid en este caso iba lleno y fue bastante más caótico que el de Madrid a Boston, que iba casi vacío y fue bastante tranquilo. 

En cuanto a la comida en el avión, parecida a la de la vuelta. 


Comida Vuelo Iberia Madrid Boston

Comida Vuelo Iberia Madrid Boston


📹  Vídeo:




Pero nosotros realmente la comida que nos importaba era la que habíamos embarcado en las maletas. 


Comida España Vuelo a Estados Unidos


¡Y ahora listos para vivir nuestro décimo otoño por Nueva Inglaterra! 

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