Smiling Hill es una de las muchas granjas de Nueva Inglaterra que además de desarrollar su actividad económica en el sector agropecuario, también lo combina con el sector servicios expandiendo sus fuentes de ingresos en subsectores como el comercio, turismo, hostelería u ocio.
Como otros muchos ejemplos que ya he ido compartiendo a lo largo de los años, estas granjas son auténticos parques de atracciones rurales, en las que nos encontramos la posibilidad de unir una visita educativa que a su vez no deja de incluir actividades lúdicas y al aire libre, en contacto con la naturaleza.
Algo en común de estas granjas es que están muy enfocadas en las familias, con actividades para todos los públicos, aunque algunas en concreto, o al menos algunas actividades especiales, están más enfocadas a un público infantil.
Esta granja se encuentra en Maine, muy cerca de su principal núcleo urbano, la ciudad de Portland, desde cuyo centro se puede llegar en coche en apenas 20 minutos.
Concretamente abarca parte de tres municipios cercanos, Westbrook, Scarborough y Gorham, aunque su dirección se encuentra en el primero de los tres.
📍 Dirección:
Westbrook, ME 04092
Smiling Hill es una granja histórica, fue fundada en 1720 por Nathaniel Knight y después de todos estos años, aún sigue perteneciendo a la misma familia, actualmente la duodécima generación.
Además ha sido nombrada como la novena empresa familiar más antigua en continuo funcionamiento de Estados Unidos.
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Con más de 200 hectáreas de terreno esta es una de las únicas cuatro plantas de procesamiento lácteo que quedan actualmente en el estado de Maine.
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Nosotros la visitamos por primera vez después de probar uno de sus helados en la granja de lavanda que visitamos en New Hampshire.
Os cuento esta visita en el siguiente enlace:
💜 Granja de Lavanda en New Hampshire
Fuimos en invierno con la esperanza de volver a probar su helado de lavanda, pero entonces no tenían, de todas formas no nos fuimos sin probar alguno de sus helados.
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La tienda, en la que se encuentra la heladería esta abierta durante todo el año diariamente desde las 10:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.
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En ella además de servir los helados, sirven almuerzos ligeros de 11:00 a 3:00 de la tarde que consisten en sopas, ensaladas y sandwiches y también venden otros productos variados.
En cuanto a sus helados, aunque no tenían el de lavanda, cuentan con varios sabores, que puedes ver desde la puerta antes de entrar en un gran cartel blanco que anuncia los sabores del día.
Dentro puedes comprar para tomar allí mismo o para llevar en formatos más grandes.
Cuenta con un comedor amplio interior, con mesas y sillas, grandes ventanales para ver los campos y una vaca con un cartel que nos dice que su nombre es Mooshell y otro con la famosa frase:
"Money Can't Buy Happiness But It Can Buy Cows & Cows Make Milk & Milk Makes Ice Cream & Ice Cream Makes You Happy".
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En la tienda tienen un poco de todo, desde cerámicas con formas de animales, hasta encurtidos, jabones... no es muy grande, pero está todo mezclado.
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Entre todo me llamó la atención unas galletas de animales, que venden con y sin gluten.
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Nosotros nos llevamos una tarta congelada, bueno en realidad era una Baked Brie en Croûte con arándanos salvajes de Maine, que es en lo único que me fijé yo, sin prestar atención a la palabra clave, Brie.
No me di cuenta hasta que la descongelé para hacerla y eso olía a podrido. Aclaración, vale que a mí no me gusta el queso y el olor a leche o yogurt ya me da arcadas. Secuelas de ser intolerante a la lactosa y haber sido obligada a beber leche durante mi infancia como terapia de choque. Pero es que a Fran le gusta el queso y los lácteos y me dijo que tirase eso y lo sacase fuera de la casa, abriese las ventanas e intentara quitar ese olor a podrido lo antes posible de la casa.
Conclusión, si os gusta el queso pestoso, seguro que os gustará este pastel, pero si no, mejor ni lo intentéis.
Además de esas tartas, elaboran su propio queso, que también venden allí bajo la marca Silvery Moon Creamery.
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También venden leche, desde 1996 toda embotellada en cristal para preservar el sabor y proteger el medio ambiente, ya que piden a los consumidores que devuelvan los envases limpios para volver a reusarlos.
Además de leche, tiene otros productos lácteos como buttermilk, half&half o nata. Y leches con sabores endulzadas con azúcar de caña y no con sirope de maíz como la mayoría de los productos industrializados.
Disponen de sabores tradicionales como chocolate, fresas y vainilla, pero también otros menos comunes como café, plátano, naranja y arándanos. Además venden eggnog, el ponche de huevo, durante la temporada de esta bebida.
Al ser invierno no había mucho más que hacer por allí, aunque entre sus actividades ofrecen Cross Country Skiing o esquí de fondo.
Cuentan con aproximadamente unos 25 kilómetros de senderos dentro de la propiedad con distintos desniveles, tanto por campo abierto, como por una arboleda.
Ofrecen también alquiler de material con precios para un solo día, para toda la temporada y con descuentos por grupo.
Los precios del próximo invierno aún no están confirmados, los podéis encontrar en su web, pero intentaré actualizar en cuanto los vea para incluirlos por aquí.
Durante nuestra visita en verano, volvimos con la esperanza de encontrarnos con el helado de lavanda, pero otra vez volvimos a comprobar que no tenían y esta vez era en plena temporada de lavanda.
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Al igual que la vez anterior, aprovechamos para comer un helado y ahora también para visitar un poco las zonas exteriores de la granja.
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Primero vimos las vacas que estaban en los campos, todas bajo la sombra, que aquí cuando hace calor hace mucho calor.
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Hay muchas zonas con mesas de camping en el exterior y también una zona con columpios para los niños.
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Después fuimos a ver un pequeño huerto educativo, es infantil, pero es curioso verlo, hay algunos carteles con información sobre algunos de los vegetales y frutas que hay allí sembrados.
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Y allí también hay una pequeña biblioteca, igual que las que hay por todas las ciudades.
Hay una zona para abrazar cabras, además tienen un cartel en el que informan sobre las reglas para realizar esta actividad y por lo que vi era para adultos.
Por último hay una zona para ver animales de granja, el Barnyard, en el que hay que pagar para poder entrar, $8 por persona.
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Está abierto solo en temporada, aproximadamente desde finales de abril hasta finales de octubre.
Allí además de ver animales, hay unos 200 entre los que se incluyen gallinas, patos, caballos, burros, llamas... puedes acariciar a algunos y también comprar fichas para alimentarlos por $0.50.
Tienen pases para toda la temporada individuales o por familia y los niños menores de un año entran gratis.
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Esta parte nosotros no la visitamos, pero si decís ir con vuestros pequeños, ya me contaréis que os pareció.
Además cuentan con actividades especiales en Easter y también puedes organizar el cumpleaños de niños allí.
Y por último si os gusta ver pasar aviones muy bajos, aquí tendréis la oportunidad de ver algunos.
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¿Qué os ha parecido esta granja?, ¿os gustan este tipo de actividades?
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