Maine es uno de mis estados preferidos para pasar el día haciendo alguna excursión desde
Boston y por supuesto, también para disfrutar de unos días de vacaciones.
Otra de las muchas ventajas de vivir en
Massachusetts es poder tener tan cerca
Maine, un estado que es conocido como
Vacationland, la tierra de las vacaciones es fiel a su apodo.
Sus pueblos costeros me tienen enamorada durante el verano y la primavera, pero si hay una estación en la que me ha ganado por completo, ha sido la de otoño.
Maine en mi opinión es sinónimo de naturaleza, de gastronomía, especialmente mariscos y de relax, paz y tranquilidad.
Es un estado ideal para dejarse llevar por sus paisajes y largas carreteras, sin destinos fijados, solo disfrutando de las rutas escénicas que nos vamos encontrando.
Ir haciendo paradas en los lugares que nos llamen más la atención, inspeccionar la zona y volver a la ruta hasta que decidamos volver a parar.
He tenido la suerte de poder disfrutar de días así, días de excursiones por este estado en el que siempre terminábamos volviendo a casa de madrugada y con ganas de más.
Por ello, si tenemos varios días disponibles, es una buena idea disfrutarlos en este estado, poder ampliar más el terreno recorrido y poder descubrir nuevas zonas llegando más hacía el norte.
Columbus Day es una oportunidad perfecta, ya que esta festividad se celebra durante el segundo lunes del mes de octubre.
La temporada de
otoño aquí tiene lugar durante los meses de
septiembre,
octubre y
noviembre. Todos son unos meses perfectos para disfrutar de esta estación, aunque lo más codiciado es poder disfrutar del
Peak Fall Foliage, es decir del pico o punto en el que las hojas han cambiado completamente de color.
Este pico en el cambio de color es breve y además es bastante complicado de adivinar con mucha antelación. Cada año puede caer en fechas diferentes, ya que depende de factores como la temperatura o la humedad.
El cambio de colores de las hojas en
Maine comienza en el
norte del estado, alcanzando el pico normalmente entre la
última semana de septiembre y la primera de octubre. Va bajando hacía el sur donde normalmente a mediados de octubre.
En la
zona de la costa es donde más tarda en llegar este pico, suele suceder
entre mediados o finales de octubre.
Normalmente las web de turismo de
Maine y otras de
Nueva Inglaterra, tiene disponibles mapas en los que se puede consultar el progreso de este cambio de color.
🍃🍂 https://www.maine.gov/dacf/mfs/projects/fall_foliage/index.shtml
🍂🍃 https://newengland.com/seasons/fall/foliage/peak-fall-foliage-map
Son muy útiles para hacer excursiones y decidir en el último momento la mejor zona a la que dirigirse, aunque programar viajes con antelación suele ser más complicado.
Algunas zonas de
Maine están lo suficientemente retiradas desde
Boston como para ser preciso pasar al menos un par de noches y según que épocas también son bastante concurridas. Así que reservar con alguna antelación puede salvarnos de varios quebraderos de cabeza a la hora de encontrar el alojamiento más idóneo por localización o precio.
Una de las zonas más populares para disfrutar del otoño en un estado lleno de paisajes naturales impresionantes, es el
Parque Nacional de Acadia.
El
Parque Nacional de Acadia se encuentra cerca de
Bar Harbor y a unas
cinco horas en coche desde
Boston, así que esta es una de esas zonas en las que es aconsejable quedarse a pasar la noche si viajamos desde
Boston o su área metropolitana.
Además, es un parque grande y con muchas actividades, que aunque puede ser visto en un día, para poder verlo completamente y realizar todas las actividades que allí se realizan, además de ver algo de los alrededores, sería necesario al menos una semana, según nos indican desde su web oficial.
El puente de
Colombus Day puede ser una buena opción, porque saliendo el viernes, podemos disfrutar de al menos dos días completos allí sin tener que gastar días de vacaciones, durmiendo tres noches y volviendo el lunes tranquilamente y aprovechando para conocer las poblaciones costeras.
Ese fue nuestro plan, nuestro viaje por carretera al
Parque Nacional de Acadia durante un puente de
Columbus Day un grupo de cuatro personas.
Es un viaje que siempre que sea posible, es recomendable añadir al menos un día más, la zona lo merece, pero en nuestro caso ya era complicado cuadrar el calendario entre los trabajos de todos y las pocos días de vacaciones con los que contamos por aquí.
La ventaja de no tener que hacer uso de los días de vacaciones no es la única con la que contamos al decidir esta fecha para visitar
Acadia, aunque en nuestro caso no nos salió del todo bien.
Columbus Day, como ya he señalado, se celebra el
segundo lunes de
octubre, a mediados de mes, por lo que las posibilidades de coincidir con el pico del color de las hojas en esta zona, pueden ser altas. El año que nosotros lo visitamos no estábamos aún en ese pico, pero aún así ya habían empezado a cambiar los colores y eso fue más que suficiente.
Algunas zonas estaban más otoñales que otras, así que algo pudimos disfrutar de cambio del color de las hojas y además, siempre nos queda la posibilidad de volver.
La parte negativa con respecto a esta fecha de mediados de octubre, es que ya comienza a hacer frío, sobre todo durante las noches, algunas atracciones y negocios de verano ya están cerrados y como es una época y destino muy popular, los precios de los alojamientos son más altos de lo que ya es habitual.
En verano suele ser más caro, pero al ser festivo, suben los precios para aprovechar y seguir haciendo el agosto, como decimos en
España.
Nosotros no queríamos gastar mucho, además nos apetecía quedarnos en una alojamiento rural, sin lujos, pero con encanto, rodeados de naturaleza y al estilo camping, aunque ya no hacía tiempo para irnos en tiendas de campaña.
Estuvimos de acuerdo en alquilar una cabaña rural para los cuatro y como la oferta de este tipo de alojamientos es amplia por allí, decidimos tirar de recomendaciones de amigas que ya habían estado con anterioridad allí.
Con varias recomendaciones nos decidimos por unas que estaban muy bien de precio y en un entorno espectacular, aunque era muy rústicas y estaban algo alejadas del parque, a unos
45 minutos en coche.
De todas formas, nos gustó mucho el sitio y el ambiente rural más que una desventaja, se convirtió en una experiencia inolvidable que seguro que quedará en la memoria de los cuatro, junto con todas las anécdotas que acumulamos durante ese completo viaje en carretera que comenzamos cargando el coche en
Harvard, recogiendo a nuestra última pasajera, que aprovechó hasta el último minuto de trabajo en el
MIT y desde allí hasta
Maine.
Todos los detalles sobre este alojamiento, nuestra estancia en esa cabaña y muchas más fotos, los podréis encontrar en una entrada individual.
⛺ Cabañas Rurales Turísticas cerca del Parque Nacional de Acadia
En cuanto al clima, a mediados de octubre, la zona
DownEast de
Maine, ya es demasiado fría para nadar en la playa o lagos u otras actividades de verano, incluso más de lo que ya es en
Boston, así que hay que ir preparados.
Además, allí suele llover frecuentemente y durante este viaje la lluvia fue bastante constante y molesta, aunque no nos impidió hacer nuestra barbacoa bajo las estrellas y la lluvia.
Tampoco nos impidió visitar el parque y hasta nos dio tregua para subir andando hasta la cima de la
Montaña Cadillac, el punto más alto de la costa norte del
Atlántico y el
primer lugar en el que amanece de todo el país durante
principios de octubre hasta principios de marzo.
Además de disfrutar de las vistas panorámicas desde las que se dice que en un día despejado se puede ver hasta
Nueva Escocia, en
Canadá.
Y unos bocatas de embutido español que nos sentó muy bien después de la larga caminata. El embutido lo compramos aquí en
Massachusetts, llevábamos jamón serrano, lomo embuchado y chorizo.
Si aún no os sabéis los comercios en los que poder conseguir estos productos, podéis pinchar en el siguiente enlace en el que os cuento donde los he podido conseguir.
🇪🇸 Productos Españoles en los Comercios de Boston
También tuvimos tiempo de visitar otros puntos destacados del
Parque Nacional de Acadia, aunque también os lo cuento en otra entrada individual.
🏞 Fin de Semana en Acadia
Además de visitar el parque nacional, pudimos visitar y pasar tiempo en la población turística más cercana al parque nacional,
Bar Harbor.
Este pequeño pueblo costero es muy conocido y turístico y por eso cuenta con una bonita calle comercial en la que podemos encontrar tiendas y locales de restauración, además de contar con un buen número de diferentes opciones de alojamientos.
Censados no tiene muchos más de
5.000 habitantes, pero ha sido históricamente un lugar vacacional para residentes pudientes de las principales ciudades cercanas,
Boston,
Nueva York y
Filadelfia.
En la actualidad, su cercanía con
Acadia y su oferta gastronómica y comercial, la hacen la ubicación perfecta para una estancia menos rústica de la que nosotros experimentamos.
🔔 Enlace Próximamente Aquí
En cuanto a la parte gastronómica, además de los bocatas de embutido español y de la barbacoa, pudimos disfrutar de su reconocido marisco y en particular de sus langostas, entre otros platos.
También os hablaré más sobre recomendaciones gastronómicas de esta zona en un próxima entrada.
🔔 Enlace Próximamente Aquí
Un puente no da para mucho y ya que hicimos el camino hacía
Maine el viernes después de salir de trabajar, algo tarde para ir haciendo paradas turísticas, decidimos salir temprano el lunes para el viaje de regreso.
Al salir temprano aprovechamos bien el trayecto en carretera y fuimos parando en varios pueblos que nos parecieron interesantes.
Las paradas no fueron demasiado largas, pero con tiempo suficiente como para hacernos una idea del ambiente y los paisajes locales.
También os contaré con más detalle sobre estas paradas en el camino de regreso a
Boston.
🔔 Enlace Próximamente Aquí
Incluso tuvimos la suerte de encontrarnos con un festival de calabazas de
Halloween y allí si que decidimos prolongar un poco más nuestra parada.
🎃 Festival de Calabazas Decoradas para Halloween en Maine
También la prolongamos en
Portland, la ciudad más poblada de
Maine, aunque su capital es
Augusta, mucho menos conocida.
En
Portland paramos para comer algo, una merienda cena antes de continuar directos y ya tarde hasta casa.
Estaba lloviendo y aunque intentamos ir a una cafetería panadería que tenía buena pinta, estaban ya cerrando.
En nuestro segundo intento llegamos a esta tetería y allí nos quedamos.
Se trata de
Dobrá Tea, una tetería que cuenta con varios locales en
Estados Unidos, repartidos por la zona de la
Costa Este, entre ellos uno en
Massachusetts.
Allí probamos el matcha, té y algunos de sus dulces.
📍 Su
dirección es:
89 Exchange St,
Portland, ME 04101
Y con esta última parada y algo calentito en el estómago, continuamos hasta llegar a
Boston y dar por finalizado un viaje especial, pasado por agua, pero también lleno de buenos momentos y divertidas anécdotas.
Con muchas ganas de volver por el maravilloso paisaje que habíamos visitado y también con ganas de repetir aventura con unas niñas extraordinarias que hicieron el viaje mucho más especial.
Nos faltó una que se escapó a última hora, pero que echamos mucho de menos, como os echo de menos yo ahora a todas, pero repetiremos, por mucha distancia que haya por medio, volveremos a juntarnos.
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