Este año comenzamos las preparaciones para nuestra undécima cena de Nochebuena en Estados Unidos entre avisos por tormentas de viento y lluvia, además de fuertes bajadas de temperaturas, con posibles pérdidas de electricidad.
Aquí tenemos estas advertencias con mucha frecuencia, tanta que esto ya comienza a sonar a algo parecido al cuento de Pedro y el lobo.
Esta tormenta de Navidad ha afectado a muchas zonas de Estados Unidos, algo que no es tan común, ya sabéis lo enorme que es este país, así que no es nada común que una sola tormenta afecte a casi todos los estados al mismo tiempo.
Dicen que este será el invierno más frío de los últimos 40 años y comenzamos con esta tormenta navideña, que consiguió que bajen las temperaturas hasta 30 grados en algunos puntos del país.
Aquí en Nueva Inglaterra estamos acostumbrados al frío. Es invierno y es lo que toca cada año, algunos días más y otros menos, pero esto es Nueva Inglaterra, aquí tenemos inviernos fríos y con nieve y estamos preparados para estas situaciones, al menos lo preparados que se pueda estar.
La noche de antes hizo viento fuerte, pero nada que no hubiésemos tenido antes, incluso más fuertes, con lluvia, nada de nieve porque encima es que no hacía ni frío para que fuese agua nieve.
El 23 por la mañana siguió lloviendo, con algo de viento y subió mucho el nivel del agua del lago, nunca lo había visto tan alto antes, casi sobrepasa el muelle.
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Aunque pasadas las cuatro de la tarde salió el arcoíris, paró por completo el poco viento que hacía aún y bajó el nivel del agua mucho.
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Todo en absoluta calma, solo que las temperaturas empezaron a bajar pronto, pero a las 6 de la tarde soplaron dos rachas seguidas muy fuertes de viento y con la segunda perdimos la electricidad.
Al parecer nos informaron de que se había caído un árbol y se había incendiado, que tardarían en establecer la electricidad, pero que estaban trabajando todos en ello.
Nosotros no tenemos chimenea y aunque la calefacción es de gas, funciona con una máquina que necesita electricidad, así que nos quedamos sin luz y sin calefacción.
La casa aguantó bien el calor hasta las nueve más o menos, pero a las doce nos trajeron un generador que usamos para la calefacción y el frigorífico.