El último año ha sido de muchos cambios, cambios que ya anunciaba que vendrían desde bastantes meses antes de que llegaran, pero que jamás hubiera imaginado que fuesen a nivel mundial y tan considerables, por decirlo de alguna manera.
Y esta racha continúa, parece que nuestra época de cambios aún no ha finalizado y seguimos tanteando la vida, experimentando con las opciones que nos vamos encontrando e imaginando nuevas oportunidades. Pero como la célebre frase que nos enseñó el mítico Un, Dos, Tres, "hasta aquí puedo leer".
Mientras os cuento como ha sido este Thanksgiving del 2020, de este año en el que todo ha cambiado, aunque en nuestro caso y a pesar de las falta de ánimos y ganas iniciales, ha traído un poco de "normalidad". Todo gracias a la continuidad de las nuevas tradiciones familiares, aunque ya no son tan nuevas que solo nos queda un año para la década.
Como muchos ya sabéis llevo tiempo intentando mudarme, esta ha sido una casa en la que no me he sentido cómoda, es más grande y es más nueva, pero nunca me ha dado la sensación de hogar. El problema es que mudarse en tiempos de pandemia en Massachusetts está siendo mucho más complicado de lo que ya era anteriormente y aunque contaba con ello, no pensaba que iba a ser tan extremo.
Y os cuento esto, porque ya tengo media casa empaquetada y desmontada desde hace meses, todo guardadito en cajas, para que no se me hiciese tarde... Y eso incluye todas las decoraciones de Acción de Gracias, con lo que he tenido que ir abriendo cajas y buscando algunas de estas cosas. Al menos la vajilla ha sido sencillo, pero lo demás no tanto y al llegar a un punto decidí no seguir buscando más.
Así quedó la decoración de la mesa, un poco más sencilla de lo que suelo montar, pero al final creo que con menos cosas, también está bonita.
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Llevo tiempo sin añadir nada nuevo y este año ni siquiera he comprado calabazas naturales para darle un toque diferente, además de que no he sido capaz de encontrar las mazorcas de maíz indio que compré el año pasado.
He cambiado el mantel, de los tonos más beiges o dorados de otros años, a este de color gris que he usado menos en las celebraciones y que al menos le da un toque diferente a la mesa.
La vajilla siempre la misma, mi vajilla de dos servicios, que compré en Sur la Table, pensando que podría ir añadiendo piezas poco a poco y que al año siguiente descubrí que no se vuelve a vender nunca más.
Yo sigo con mi reclamación a esta famosa cadena de tiendas de cocina de Seattle. Está muy bien sacar modelos nuevos cada año, pero yo quiero tener la opción de ampliar o sustituir alguna de las piezas de las vajillas que compramos.
De momento para una mesa de dos, no tengo problema, y este año, más que nunca, no me ha hecho falta más, pero...
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Con la cristalería no he tenido tanta suerte. Al final he tenido que poner dos vasos altos porque los vasos bajos de ese juego estarán en alguna de las cajas de mudanza liados en papel de embalar.
Y mis piñas para servir cóctel también perdidas en alguna de esas cajas apiladas.
Por cierto, ya lo he dicho con anterioridad, pero me gusta incluir las piñas entre la decoración de mi mesa, a pesar de que no es un símbolo típico de Acción de Gracias. Esta decisión se debe a que la Piña es el símbolo de Bienvenida y nosotros, siendo extranjeros, nos sentimos como invitados en este país y en la celebración de sus fiestas tradicionales. Es un símbolo de acogimiento, de recibimiento y no puedo pensar en algo más adecuado para incluir en mi mesa en esta celebración de Acción de Gracias.
Nosotros hemos celebrado esta festividad casi siempre solos en casa, por lo que a pesar de todo, en ese aspecto no hemos sentido un gran cambio.
Sin embargo, los días previos hemos recibido correos electrónicos y hasta llamadas telefónicas con las recomendaciones por parte de las instituciones locales para disfrutar de esta festividad y algunas son bastante curiosas.
En un panfleto llamado "Celebrating a Happy and Safe Thanksgiving", el departamento de salud pública de Cambridge nos hacía llegar recomendaciones como la siguiente:
"Avoid singing, dancing, and shouting. These activities increase your chances of catching coronavirus through the air."
Lo que significa que evitemos cantar, bailar y gritar, ya que estas actividades incrementan las posibilidades de pillar el virus. Me parece curiosa porque no tenía Acción de Gracias por una festividad en la que se realizarán estas actividades tan a menudo como para incluirlas entre las recomendaciones, pero a saber...
Además incluyen dos recetas, eso sí, saludables, y yo no voy a ser quien se queje por ello, además voy a compartir el enlace por si os interesan.
👉 https://www.cambridgema.gov/COVID19/cphd_thanksgivingflyer_112020.pdf
En la llamada también del Departamento de Salud Pública de Cambridge nos decían entre otras recomendaciones:
"If you are celebrating with others outside of your household, please remember you should not talk while unmasked. People should take turns eating or drinking so that two people are not simultaneously unmasked. Eating or drinking together is high risk for COVID-19 transmission."
Las normas del estado es que solo se permiten reuniones de 10 personas en el interior y de 25 en el exterior, pero esta puntualización me pareció tan curiosa como improbable de que fuese adoptada por los que decidieran juntarse a celebrar Acción de Gracias por aquí.
Básicamente dice que recuerdes que no debes hablar sin la mascarilla puesta y que la gente debe de comer y beber por turnos. No me imagino yo la cena de Acción de Gracias en las que los comensales estén todos con mascarillas sentados a la mesa, uno sin mascarilla comiendo y luego se la ponga y así por turnos.
Si ni siquiera son capaces de ponerse mascarilla en la calle en sitios públicos o de guardar las distancias de seguridad en las colas de las cajas en los supermercados cuando tienen las líneas dibujadas en el suelo.
En fin, entre todas desde luego la que más me llamó la atención fue la del Departamento de Bomberos también de la ciudad de Cambridge. Entre los consejos decían que nunca era buena idea cocinar mientras que bebes demasiado alcohol.
Y como muchos ya sabéis yo no bebo alcohol, así que por esa parte yo no tengo muchos problemas en la cocina, pero este año he decido cambiar un poco.
He simplificado el menú, sin renunciar al plato principal y que ya hemos adoptado como tradición familiar de esta celebración, las perdices en escabeche.
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La razón inicial es sencilla, soy alérgica a la carne de pavo y pollo, así que bueno, había que buscar alternativas por mucho que sea lo tradicional.
Las perdices en escabeche son un plato muy típico de mi tierra y al ser también aves, aunque más pequeñas, pero me pareció la mejor opción para sustituir el gran pájaro por uno que no me llevase directa a urgencias.
El primer año probé la versión vegetariana del pavo, pero decidí que tenía que buscar alternativas, así que me puse a buscar perdices por Boston hasta que las encontré. Al principio incluso tuve que sustituirlas por codornices, pero finalmente las encontré y desde entonces sin problemas, incluso este año.
Lo demás fue un poco improvisado, con lo que tenía por casa en el congelador. Al final me salió unos pulpitos y gambas en salsa de tomate con almendras para primer plato.
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Tenía algunas ideas para entrantes, pero siempre nos sobra tanta comida, que este año, ya tenía suficiente.
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Tampoco hice nada de postre, aunque tuvimos postres y varios, eso sí, todos comprados y listos para comer.
Por eso de unir tradiciones, ya había cocinado todo desde el inicio del primer y segundo plato, tradición española y luego añadí el postre comprado ya listo al estilo más tradicional estadounidense.
Una mini tarta de cerezas, que ni siquiera es de las más típicas de esta festividad, y muchos pavos, pero todos de chocolate, además de un par de mini cornucopias también de chocolate.
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Tampoco faltó el pavo de chocolate de Vermont, que además de formar parte del postre, también uso desde hace unos años para decorar la mesa.
Y de beber, pues este año también sencillo, Coca Cola y una limonada con Matcha.
Obviamente nos sobró mucho, de todo, postres incluidos, pero esto también es parte de la tradición, sobre todo cuando preparas una cena para dos.
Y este fue nuestro noveno Acción de Gracias, que también terminó muy diferente a los años anteriores.
¡Ah! Y como parte de la decoración y medio novedad, hemos cambiado la chimenea virtual que llevamos años usando en Netflix, por una más completa en YouTube.
Este año como medida para soportar los ruidos con los que hemos tenido que vivir la cuarentena en casa, busqué vídeos de relax, ambientes varios con sonidos de naturaleza, lluvia, pájaros...
En cada estación he ido variando y en Halloween compartí algunos por la cuenta de Instagram, ya que varias personas me preguntaron por las músicas de fondo que se oían en mis vídeos.
Ya envié varios enlaces a través de los mensajes privados de Instagram porque al tener menos de 10.000 seguidores esta red social no me permite compartir ningún tipo de enlace.
📷 https://www.instagram.com/amis30porboston
Afortunadamente aquí sí puedo compartirlos, así que al menos os dejo el de Acción de Gracias que usamos nosotros.
🔥 https://youtu.be/ent7tp7KPaI
Este año no hemos participado en la locura de las compras del Black Friday, ni siquiera hemos comprado por internet desde casa.
Este año ha llegado el momento de deshacernos de peso, de volvernos ligeros. Puede que no al extremo de lo ligeros que llegamos, con nuestras dos maletas, pero tampoco es tiempo de seguir acumulando objetos, es tiempo de cambios y siempre son más sencillos con menos pesos muertos en nuestras vidas.
¡Feliz Acción de Gracias a todos!
Muy bonito. Verdad que no acumular objetos es ideal pero reconozco que muy difícil para mí al menos. Hay que aligerar las mochilas, lo pongo de propósito de año nuevo.
ResponderEliminar¡Gracias! Para mí también es muy complicado, sobre todo con ropa y cosas de cocina, pero algo tengo que hacer porque no voy a entrar en esa casa.
Eliminar¡Saludos!