El último puente que tuvimos en
Estados Unidos,
Presidents' Day, nos tocó libre y decidimos escaparnos unos días y descansar de la rutina.
Después de barajar varias opciones que no cuadraban, nos decidimos por una escapada a
Nueva York a última hora y sin nada planeado.
Esa es una de las ventajas que tenemos en
Boston, la
Gran Manzana está lo suficientemente cerca como para visitarla de vez en cuando, sin tener que vivir allí. Yo no cambiaría
Boston por
Nueva York nunca.
Digamos que esta era nuestra última opción, pero la más sencilla de todas.
Este invierno está siendo muy suave y casi ni hemos visto la nieve, a no ser por esos días de mediados de febrero en los que tuvimos tres tormentas de nieve seguidas. Así que teniendo muy en cuenta el clima, ya que no nos apetece salir de puente y encontrarnos en medio de una tormenta, decidimos dejar todo para última hora.
Por el transporte no había problema, porque siempre vamos a
Nueva York en nuestro coche. Los precios de los trenes son muy elevados y más en puentes y a última hora. No me apetece nada ir en bus y tener que adaptarme a sus horarios y los vuelos son baratos si los reservas con antelación, pero pasar controles, ir al aeropuerto... me quitan las ganas para sólo tres días.
Como siempre vamos en fin de semana, siempre aparcamos en la calle y sin pagar. Aunque en esta última ocasión no tuvimos tanta suerte y el primer día después de unas cuantas vueltas, decidimos que era mejor meter el coche en un parking, el del hotel. A la mañana siguiente ya lo dejamos aparcado en la calle, sin problemas, como siempre.
En cuanto al alojamiento, normalmente cuando vamos con más gente siempre reservamos un apartamento con
airbnb, pero cuando vamos los dos solos, solemos reservar una habitación de hotel.