Hemos intentado cumplir con la tradición, pero la nuestra, la que llevamos adaptando a nuestras circunstancias desde que nos mudamos aquí y que poco a poco ha ido formándose, aunando culturas y tradiciones de aquí y de allí, un poco de nuestros dos mundos.
Una festividad estadounidense con algunos de sus símbolos más tradicionales, otros que he añadido yo y una gastronomía de ambas culturas, aunque claramente con una mayor inclinación por la española en el ámbito culinario.
Acción de Gracias es probablemente junto con el 4 de julio, una de las festividades más importantes y tradicionales de Estados Unidos.
Ambas festividades están ligadas de alguna manera a los comienzos de este país, aunque el Día de la Independencia tiene un origen mucho más claro y directo con Estados Unidos, tal y como conocemos este país actualmente y Acción de Gracias precede a su nacimiento como país, pero es el inicio de la base en lo que se convertiría.
Sin embargo, hay muchas más hipótesis sobre Thanksgiving, su origen y todo lo que rodea a esta celebración.
De hecho, me parece bastante curioso que hasta los mismos estadounidenses dudan de la fecha en la que se celebra, por lo que he visto estos días en las redes sociales.
Algunos incluso dicen recordar haberla celebrado el tercer jueves de noviembre, cuando la realidad es que Roosevelt la cambió al cuarto jueves en el año 1941, por lo que la mayoría ni siquiera habían nacido aún.
En cuanto al origen, la historia que se cuenta es la que dicen celebraron en 1621 en Plymouth los peregrinos que llegaron en el Mayflower después de sobrevivir a su primer duro invierno en Nueva Inglaterra.
Otra de las hipótesis, mucho menos conocida, señala que en realidad esta festividad tiene su origen en una celebración llevada a cabo por los españoles en San Agustín en el año 1565.
Independientemente del origen real, puede haber algo más tradicional del carácter español que celebrar lo que sea y más en familia y rodeados de comida abundante ¿?
¿Cómo no vamos nosotros a celebrar esta festividad? si para empezar me recuerda a cada domingo de mi infancia que pasaba en familia en casa de los abuelos comiendo pollo al ast.
Además como aquellos peregrinos, nosotros también cruzamos el Atlántico y sobrevivimos a ese primer invierno, que salvando las distancias tampoco fue nada fácil, aunque en nuestro caso más que por el frío o la falta de alimentos, fue por los procesos migratorios.
Comenzamos la aventura migratoria con un visado que inicialmente nos fue denegado y que tuvimos que recurrir.
Y ahí no terminó este periplo, ya que a los tres meses de llegar la empresa con la que vinimos fue adquirida por una multinacional y en consecuencia en ese momento casi terminó nuestra recién comenzada aventura, pero eso son otras historias...
Historias que después de haberlas vivido nos dejan más claro que tenemos muchos motivos para dar gracias, porque son las cosas que más cuestan en la vida, las que más se valoran.
Acción de Gracias o Thanksgiving, será siempre una celebración especial para nosotros, para recordar de dónde venimos y en dónde estamos y para celebrar los esfuerzos y las recompensas que llevamos vividos en el camino.
Este año volvemos a celebrarlo en una ciudad y casa diferente y además, este será nuestro primer y último Acción de Gracias aquí.
De hecho nos ha pillado de mudanza, por lo que no he comprado nada nuevo de decoración y solo he usado cosas que ya tenía de otros años.
En cuanto al menú, hemos seguido con nuestras tradiciones, aunque adaptándonos un poco a las circunstancias de este año.
Empezando porque aunque intenté no empaquetar lo necesario para esta cena, me olvidé del rodillo de pastelería y que lo necesitaría para hacer la tarta de calabaza.
A casi última hora decidí ir a una de las granjas que hay por aquí cerca y de la que he escuchado muy buenas opiniones sobre sus tartas.
Mann Orchards es una granja familiar abierta desde 1877 en una pequeña población al norte de Massachusetts.
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Cuando llegué tenían hasta a un policía indicando a los coches dónde tenían que aparcar, pero fue todo rápido, afortunadamente tienen un aparcamiento amplio.
📍 Dirección:
Methuen, MA 01844
No sabía si aún les quedaría algo, pero aún tenían bastantes, aunque ya no quedaba demasiada variedad, solo las más tradicionales. La mayoría eran de manzana o de calabaza, de hecho tenían de dos tipos de calabazas.
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Les quedaba alguna de fresas y ruibarbo y también de nueces de pecán, que fue la que yo compré porque las de calabaza son más típicas, pero no me suelen gustar las que he probado hasta ahora, excepto la que yo hago.
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Llegué a casa al menos con el postre listo y comencé a cocinar el plato principal, que este año eran codornices en escabeche, porque algunos años como este me cuesta más conseguir las perdices por aquí.
Siempre comienzo a cocinarlas un día antes, ya que es una receta muy simple, pero es mejor hacerla a fuego lento, durante varias horas y además suele estar más buena de un día para otro.
🐓 Receta de las Perdices en Escabeche
Las perdices suelo encontrarlas en una carnicería de Cambridge, pero este año las dejé para última hora y cuando fui ya estaban agotadas, pero no me preocupa mucho porque las codornices son una buena alternativa.
Además son mucho más baratas y fáciles de encontrar en varios supermercados, especialmente en zonas de afluencia portuguesa.
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Al final me arrepentí de no tener la típica de calabaza y lo que hice fue ir al supermercado a por una base congelada y hacer yo el relleno.
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La base que compré no la había probado nunca, pero venían dos y al parecer ponía que era de Boston.
En cuanto al relleno, siempre hago la misma receta que aprendí en una clase de cocina en Le Cordon Bleu, cuando tenía una escuela aquí en Cambridge, aunque yo la adapto un poco a mis gustos personales.
🍰 Tarta de Calabaza o Pumpkin Pie
También dejé el relleno en el frigorífico reposar durante toda la noche, lista para hornear al día siguiente.
El día de Acción de Gracias ya con media cena casi lista, me pude entretener más en la mesa y las decoraciones.
Comencé a montar la mesa a media mañana, ya que al ser cenas pesadas, en los últimos años hemos empezado a hacerlas en horario americano, es decir, como si fuesen almuerzos tardíos.
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Normalmente en durante Acción de Gracias suelo usar un mantel dorado o color crudo, pero en algunas ocasiones también he usado uno gris por cambiar un poco y este año he optado por este último.
Especialmente porque este año he usado un centro que compré hace uno o dos años en tonos azules y que aún tenía sin usar.
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Al final me puse a poner cosas que tenía de otros años y algunas calabazas de decoración reales que compré a principios del otoño y más o menos parecía que la mesa iba tomando forma.
Además de las calabazas y los pavos, los dos símbolos más importantes de Thanksgiving, yo añadí otro también popular como el maíz indio y uno propio que ya forma parte de mis festividades de Acción de Gracias, las piñas.
Y es que las piñas, aunque son más de verano y no están ligadas directamente a Thanksgiving, sí son un símbolo de la época colonial de Nueva Inglaterra que representan la hospitalidad, algo muy apropiado para esta festividad.
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Me planteé poner las lucecitas que suelo añadir todos los años, ya que quedan genial en la mesa, pero al final no las encontré
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También me di cuenta de que no tenía servilletas de tela para ese mantel, pero sí tengo unos servilleteros con forma de pavos muy bonitos y que además parece que van a juego con algunos de los portavelas.
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Al final para no quedarme atascada y mientras pensaba en otras opciones, me puse un rato en la cocina para empezar con los preparativos del menú.
Comenzando por cocer el pulpo que había comprado en el Market Basket congelado y que ya había dejado descongelándose en el frigorífico la noche anterior.
Por cierto es pulpo español y lo tienen a muy buen precio, no es que fuese muy grande, pero para preparar un poco de pulpo a la gallega de aperitivo nos bastaba.
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El pulpo a la gallega es una elaboración muy sencilla, pero si os animáis a prepararla y no sabéis cómo, aquí podéis como lo cocino yo paso a paso.
🐙 Receta de Pulpo a la Gallega
Mientras se iba cociendo el pulpo, me puse con la tarta de calabaza, que una vez listo el relleno, solo era verterlo en la base congelada y al horno.
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Me sobró algo de relleno, pero como tenía otra base decidí congelar lo que sobró para otro día.
No estaba muy convencida de que quedase bien después de congelada, pero puedo confirmar que queda exactamente igual de deliciosa.
Mientras se cocía el pulpo y se horneaba la tarta de calabaza, volví a la mesa, para terminar algunos detalles más de la decoración y dejarla ya montada.
Empecé por sacar mi vajilla de Acción de Gracias, al menos las piezas que me compré en una de las tiendas que había en Boston de Sur la Table.
No tengo demasiadas, ya que esta cadena de tiendas no repite las colecciones que saca, algo que yo aún no sabía, así que nunca he podido comprar más piezas de esa vajilla que tanto me gusta.
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Menos mal que al menos compré lo justo para dos servicios, porque son totalmente mi estilo y no los quiero cambiar por ninguno.
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Como ya sabéis en nuestros menús no hay carne de pavo, que es el plato principal tradicional en las cenas de Acción de Gracias, pero yo por alergia no puedo consumirlo. Así que yo además de en las decoraciones, también suelo añadir unos chocolates en forma de pavos.
Seguro que ya los habéis visto por muchas de mis cenas de Thanksgiving, son de una empresa local de Nueva Inglaterra, en concreto del estado de Vermont, Lake Champlain Chocolates.
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Estos son de chocolate con leche, pero también tienen los de chocolate negro y de chocolate con leche de avena, además de con otras formas como muñecos de nieve.
Vienen en bolsitas individuales, así que son muy apropiados para regalos si tenéis varios invitados, aunque nosotros al ser solo dos, los dejé un poco como decoración en la mesa ya sin las bolsitas.
Con la cristalería me pasó algo similar, compré solo dos copas para cada uno de una colección que me encantó en Crate & Barrel y cuando quise ampliar la cristalería, me di cuenta de que ya no vendían esa colección.
Además con tantas mudanzas pasó lo inevitable, una de las copas de flauta se me rajó y la tiré.
Aunque como está de moda mezclar diferentes colecciones de vajillas, yo aprovecho y mezclo la cristalería con esta otra de piñas de Williams-Sonoma que también me encanta y que obviamente ya tampoco venden.
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Es curioso que con la cantidad de tiendas de antigüedades y de segunda mano que hay por aquí, hasta ahora nunca he visto ninguna pieza de estas colecciones, ni de la vajilla, ni de las cristalerías. De momento solo he visto piezas de la colección de mi vajilla de Navidad de Lenox, pero esa sigue a la venta aún y además las piezas que he visto estaban más caras que las mismas nuevas.
Y una vez montada la mesa, tuve que reorganizar todos los platos para adaptarlos al menú de esa cena en concreto, aunque así sería como mejor queda.
Al final con la reestructuración me quedó así que tampoco está tan mal, ¿verdad?
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Si os fijáis en la anterior foto la solución que encontré para las servilletas, fue usar unas verdes de papel, creo que de Ikea, con los servilleteros de los pavos.
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Una vez la mesa lista, es hora de volver a la cocina, con casi todo listo, ya es solo terminar algunas cosillas y emplatar la comida.
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Calentar las codornices en un fuego, el gambón a la plancha en otro y las patatas fritas para acompañar las perdices en la freidora de aire.
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Mientras se cocina todo lo demás, empiezo a montar los entrantes que ya están listos y es solo emplatarlos y llevarlos a la mesa.
Corona de Langostinos
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Una corona de langostinos cocidos con salsa cóctel que serví en el centro dentro de una mini calabacita, que aunque no es de la misma colección que la vajilla, se parece bastante.
Pulpo a la Gallega
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El pulpo a la gallega es un plato que casi nunca falta en nuestras celebraciones y además, aunque los primeros años por aquí me costaba encontrarlos, cada año son más comunes por los supermercados de Nueva Inglaterra.
Este que compré era pequeñito, así que aunque intenté hacer los cortes transversales y en diagonal para que pareciesen más grandes. No quedaron muy fotogénicos, pero el sabor que es lo que realmente importa, está totalmente conseguido.
Además para ser un producto español y después de todo lo que hemos escuchado sobre los aranceles este último año, la verdad es que no me parece que se haya encarecido para nada.
Gambón a la Plancha
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Al igual que el pulpo, las gambas y el gambón con las cabezas solían no ser muy comunes en los comercios de Nueva Inglaterra hace unos años, aunque ahora son mucho más comunes y los venden así ya casi por todos lados.
Codornices en Escabeche
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Esta vez como ya he comentado, en vez de perdices eran codornices, pero igualmente deliciosas.
Además aunque quedaron muy tiernas, más o menos aguantaron la forma, por lo que quedan mejor presentadas.
Personalmente me gusta más triturar las verduras del escabeche y servirlas con la salsa, aunque dejo algunas verduras sin triturar, pero también se pueden servir directamente sin triturar nada.
Además también las acompaño con más salsa que en esta ocasión serví en unas pequeñas calabazas de cerámica a un lado del plato.
Esa salsa del escabeche no solo nos encanta para acompañar las perdices o codornices, también para mojar las patatas fritas que siempre sirvo de acompañante de este plato.
Y que también serví en un recipiente con forma de calabaza, que en este caso sí es parte de la vajilla.
En cuanto a las bebidas, como los entrantes eran de marisco, serví un sorbete de limón con un poco de Ginger ale de cereza, una edición limitada para las fiestas.
Además de Coca Cola para beber con las codornices en escabeche y en mi caso agua.
Fran en cambio se sirvió un vino tinto, un Campo Viejo Rioja Gran Reserva.
Como todos los años me lo preguntan, ya lo aclaro directamente, es mucha comida solo para dos personas.
Solo los entrantes eran ya demasiado para nosotros dos, porque aunque no lo parezca, nosotros en realidad no somos de comer mucho.
Pero ya que me pongo a preparar un cena un poco más especial con una mesa más decorada, hago lo que mucha gente hace a diario, lo que aquí llaman "Batch Cooking" o en España sería algo así como preparar tupper para la semana.
Yo cocino a diario, me gusta cocinar y siempre lo he hecho, incluso cuando estudiaba y tenía varios trabajos, así que ahora que tengo tiempo, no es un problema. Pero en ocasiones muy contadas, como en estas cenas, me apetece preparar de más y así disfrutar de la celebración un poco más.
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No solo comemos el resto del puente con las sobras, además dejo la mesa montada con las decoraciones y así alargamos la festividad al menos durante el finde largo.
Por cierto, si os fijáis en la tele veis que tenemos el ambiente de Acción de Gracias en la pantalla, algo que también es muy típico en mi casa.
Siempre tengo alguno, que voy cambiando dependiendo de la época del año.
Mientras cenábamos dejé la tarta de calabaza horneándose.
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Es una receta muy sencilla, más aún si no tienes que hacer la base, pero lo más complicado es sacarla justo a tiempo del horno para que no esté cruda, pero que tampoco se empiece a rajar.
Como fuera del horno se va a seguir cociendo un poco más, es mejor sacarla cuando empieza a estar dorada, pero eso es algo que vas a ir adquiriendo con práctica.
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De todas formas si se raja un poco o le salen las rayitas, es solo estético, no afecta a su sabor, a no ser que se llegue a quemar.
Una vez lista es solo montar un poco de nata para acompañar y adornar.
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También compré un azúcar con sabor a calabaza y especias, el famoso pumpkin spice, para decorar un poco por encima, aunque tiene un sabor demasiado fuerte a las especias y no me gusta.
Al final la decoré un poco, con unos sprinkles en forma de hojas verdes, pero en realidad no es necesario y tradicionalmente solo se decora con un rosetón de nata o incluso sin nada.
Y ya a la mesa junto con la de nueces de pecan que compré en la granja.
Como solo tengo dos platos de postre de la vajilla y los usé para los aperitivos, para servir las tartas utilicé unos platos que compré hace unos años en algunas de las tiendas del grupo T.J. Maxx.
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Tienen también motivos de calabazas, aunque con el estilo muy diferente al de mi vajilla.
La tarta de la granja, además de que los ingredientes no eran los mejores, no me terminó de convencer demasiado.
No está mala, pero es demasiado empalagosa para mi gusto.
Yo nunca he sido de sabor a calabaza y las nueces en cambio me encantan, pero entre estas dos tartas me quedo sin duda con la de calabaza y no por las nueces, si no por el relleno.
La textura de la tarta de calabaza es mucho más ligera, como cremosa y como yo casi no le pongo nada de especias, tiene un sabor muy suave.
Serví una porción de cada y además el pavo de chocolate de Vermont, aunque por aquí Fran se quejó porque le pareció que eran pocos postres.
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Y como ya he comentado antes, no nos lo comimos todo, obviamente tuvimos para varios días, aún así es comida bastante más calórica de lo que acostumbramos a comer a diario y también en estas cenas comemos más cantidad de los habitual, pero por eso son cenas especiales.
¡Feliz Día de Acción de Gracias!
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¿Qué os ha parecido nuestra cena de Thanksgiving? ¿Celebras también esta festividad?
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