San Valentín este año nos ha pillado muy cansados y es que no hemos parado. Además de todas las celebraciones estadounidenses, que desde otoño se han ido acumulando una detrás de la otra, nosotros también hemos tenido muchas cosas personales importantes que ir celebrando.
Con esas temperaturas puedo imaginar que muchas de esas reservas que hicieron con meses de antelación, fueron canceladas, especialmente todos los que no tenían coche, porque fue una auténtica odisea salir a la calle con ese viento que parecían cuchillos afilados que te cortaban cualquier centímetro de piel que dejases al descubierto.
Compartí esa experiencia única en la vida, o eso espero, en la siguiente entrada:
Y si no recuerdo mal el resto siempre hemos comido en casa, tenéis varias entradas sobre esas cenas en casa en el blog.
En Boston siempre solía pasear por la ciudad un día antes o incluso el mismo día, visitando las pescaderías, carnicerías, mercados y supermercados, buscando algo especial incluso en las pastelerías, para luego preparar una cena al menos diferente a lo cotidiano.
Reconozco que esos paseos eran para mí un buen regalo de San Valentín, ya que disfruto descubriendo sitios y visitando negocios de comida, casi igual que cocinando, preparando la mesa o comiendo. Disfruto con todo el proceso hasta casi el final, porque lo de recoger, limpiar y fregar platos ya no me gusta tanto.
Desde que nos mudamos al lago, es mucho más complicado, primero porque andando no puedo llegar a ningún sitio desde aquí y segundo porque dependo de que Fran me pueda llevar a los sitios en coche. Y si yo disfruto con este tipo de compras de alimentos, para Fran son una auténtica tortura.
Y este año con poco tiempo y mucho estrés acumulado, apenas le he hecho sufrir mucho, solo fuimos al Whole Foods de al lado de casa y a una pescadería local que hay relativamente cerca.
Unos días antes había estado en un Wegmans, fue una parada breve, paramos a comer cerca y luego a comprar algunos aperitivos para el vuelo de regreso de la familia a España y vi todo muy decorado y con muchos productos de San Valentín.
Aquí no tenemos ningún Wegmans cerca, pero en el Whole Foods, al menos el que tenemos al lado de casa, todo lo de San Valentín era mucho más discreto y también curioso.
Tenían las típicas fresas cubiertas de chocolate y algunos dulces con forma de corazón, incluso vi un par de filetes con forma de corazón, pero el resto eran básicamente flores.
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Y la comida que vi en las neveras destinadas a productos de San Valentín estaban llenas de comida italiana, pasta, lasaña y mucho pan con ajo, que por aquí deben de pensar que es algo super apropiado para cenar en San Valentín.
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Yo le di mil vueltas al supermercado, la verdad es que no sabía qué hacer, no me convencía nada especialmente y al final me animé a pedir un ribeye con hueso que me prepararon en la carnicería al corte.
No me convence mucho la carne del Whole Foods, pese a ser de los supermercados de mayor calidad y precios más altos, pero aún menos la pescadería, así que tenía que elegir entre ir a una pescadería local o a una carnicería y la que más me gusta está un poco lejos.
En Nueva Inglaterra somos afortunados de contar con carnicerías, pescaderías y panaderías locales, como las de España, salvando las distancias en cuanto a variedad, pero del estilo, cosa que en Estados Unidos no es tan común.
En las grandes ciudades todo está más a mano, incluidos los comercios locales de barrio, pero en las afueras, todo es más complicado y aunque también contamos con estos establecimientos, no están tan cerca unos de otros, especialmente si como yo sois bastante selectivos con las elecciones.
Lo que también compré en el Whole Foods fueron frutas, fresas normales y blancas, arándanos, moras y frambuesas, que curiosamente suelen estar más accesibles aquí que allí, en cuanto a cantidad y a precios, excepto las fresas.
También compré un sorbete y una tarrina de helado de establecimientos locales, aunque el helado ni lo hemos empezado aún.
El resto lo compramos en la pescadería, en realidad fui a dos, ninguna tenía nada especial, para esta fecha y además estaban vacías. Al menos compré un poco de atún congelado, unas pinzas de cangrejos moros congeladas también, una bolsa de mejillones y una langosta que me prepararon allí mismo.
Todo lo necesario para hacer una cena sin preparaciones previas, sin necesidad de tener ningunas nociones especiales en gastronomía y tampoco dedicar muchas horas en la cocina.
No es una cena en la que haya que cocinar nada, es más montar, montar la mesa, montar los platos y listo, por eso dediqué un poco más de tiempo al postre este año, aunque realmente tampoco me quebré demasiado.
El año pasado hice una tarta de crepes, la famosa Mile Crepe Cake, es una tarta muy vistosa, pero aunque no es nada complicada, sí requiere más paciencia y tiempo.
Os enseño esta tarta y el resto de la cena de San Valentín del año pasado si pincháis en el siguiente enlace:
En realidad es bastante similar a la de este año, aunque no exactamente igual, algo aún más simple, excepto por el postre.
La cena de este año ha estado compuesta por dos aperitivos, un primer plato de marisco y un segundo de carne para compartir, más una tarta de postre.
De bebidas un sorbete de frutos rojos para cada uno, cerveza Estrella Galicia para Fran y Coca Cola para mí.
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Estos son los platos de nuestro menú.
Mejillones al Vapor
En otras ocasiones he hecho mejillones con salsa de tomate o algo un poco más elaborado, pero esta vez muy sencillo, al vapor cocidos en su propio jugo, un poco de vino blanco y unas hojas de laurel.
Y decorados con un poco de limón, pimienta negra molida, ajetes secos, perejil,... lo que más os guste.
Tartar de Atún
La elaboración es muy simple, lo más importante es asegurarnos de la calidad de los ingredientes, especialmente del atún, ya que lo vamos a consumir crudo, debemos comprarlo congelado.
Lo dejamos descongelar en la nevera y cuando esté medio descongelado lo cortamos en cuadritos, es mejor que no esté del todo descongelado porque se corta peor.
Una vez en cuadritos, lo dejamos marinar en un bol tapado en el frigo con tres cucharadas de salsa de soja y una de aceite de sésamo, un poco de sal al gusto, teniendo en cuenta que la salsa de soja ya tiene sal, pimienta negra molida, unas escamas de pimienta cayena y un poco de wasabi, que disuelvo con la salsa de soja o si no tengo, uso sal de wasabi.
Justo antes de emplatar, corto un aguacate que no esté muy maduro en cuadrados, en un bol lo mezclo bien con zumo de limón natural, aceite de oliva, ajetes frescos cortado finitos, sal, pimienta negra molida y algunas escamas de cayena.
Después es solo emplatar con ayuda de un molde circular de aluminio, pero si no tenéis ninguno en casa, podéis usar cualquier cosa que os pueda ayudar como un vaso.
Empezando por el aguacate y completando con el atún para finalizar decorando una vez retirado el molde con unas semillas de sésamo, ajetes secos y poco más de escamas de cayena o cualquier especia que os guste.
Si no os gusta esta opción siempre podéis hacer el de salmón que realicé el año pasado o sustituir el atún y el salmón crudo por salmón ahumado, atún sellado, gambitas cocidas, vieiras...
Incluso podéis realizar una versión diferente con patatas, puerros y beicon, aunque es una receta un poco más elaborada, también es muy sencilla.
Además os dejo aquí el paso a paso y con explicaciones detalladas del proceso.
🥓 Hash de Patatas, Puerros y Beicon
Este plato es muy llamativo para darle un toque más elegante a la mesa, aunque los ingredientes pueden ser de lo más sencillos o al igual que el tartar, aquí también podemos experimentar con algunos cambios, como por ejemplo añadirle unas setas.
Marisco
Ribeye
Tarta de Chocolate
El único plato de toda la cena al que tuve que dedicar un poco más de atención en la cocina, aunque solo realicé un bizcocho de chocolate, lo dividí en dos y el resto fue montarlo y decorarlo con ingredientes que me gustan.
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Este año como veis aún más sencillo, ni decoraciones extra, ni luces en la mesa, aunque tenía las de la ventana y con eso ya era más que suficiente para crear ambiente festivo.
Espectacular!! Yo de marisco no soy pero la tarta es de nivelazo!!! Y como siempre tu post también. Felicidades!!
ResponderEliminarMuchas gracias Belkis, la verdad es que aquí en Nueva Inglaterra no nos podemos quejar con el marisco, pero en comparación con España no es nada del otro mundo. La tarta me salió muy buena.
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