Este año no teníamos muy claro si podríamos celebrar San Valentín, pero al final decidimos preparar una cena algo más especial y además, me atreví con la Matcha Mille Crepe Cake por primera vez.
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Hace mucho que nos vamos a comer a un restaurante, aunque eso no es excusa para no preparar cualquier cosa en casa, platos fáciles que con un poco de decoración nos alegran la vista, además de las papilas gustativas.
Fue una cena ligera, pero completa con dos entrantes de mar y un plato principal de carne con guarnición, además del postre.
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De entrantes preparé unos vasitos de bisque de langosta, decorados con una gamba y un poco de cebollino picado.
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Al igual que la New England Clam Chowder tengo pendiente subir una receta de la bisque de langosta, pero de momento, de las que he probado comerciales, me quedo con las de Legal Sea Foods.
La Clam Chowder de Legal Sea Foods es bastante popular y se encuentra muy fácil por muchos supermercados, incluido el Costco, pero la Bisque de langosta no la suelen tener en todos.
Esta la compré en Market Basket, aunque hace años la solía comprar en Costco, pero ya solo venden una de marca blanca y no sé quién la hace.
Como ya viene lista, es solo calentar, decorar con una gamba, que previamente había cocido y pelado, dejando solo cola y cabeza y un poco de cebollino picado por encima.
Si nos atrevemos a hacerla casera, tardamos un poco más, pero como se puede hacer con antelación, tampoco es demasiado inconveniente.
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Y un tartar de salmón con aguacate, decorado con cebollino, sour cream o crema agria y caviar.
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El tartar es también muy sencillo, solo hay que cortar en dados un poco de salmón y de aguacate y guardarlos en dos cuencos pequeños.
Al aguacate le ponemos zumo de limón, sal, pimienta, un poco de jalapeños picados y unas escamas de cayena.
Para sazonar el salmón preparé una salsa con un poco de mostaza, zumo de limón, aceite de oliva, wasabi, salsa de soja, sal y pimienta molida.
Con ayuda de un aro de emplatar coloqué primero una capa de aguacate, seguida de otra con el salmón y dejé enfriar en el frigo para que cogiese algo de consistencia.
Justo antes de servir desmoldé el tartar y decoré con un poco de sour cream, con ayuda de una manga pastelera con boquilla de estrella. Añadí un poco de caviar rojo y un poco de cebollino fresco para darle algo más de sabor y un toque de color extra.
El plato principal era un muslo de pato confitado, que también se venden ya listos, solo para calentar.
Estuve buscando muslos de pato crudos para preparar unos rillettes, pero no hubo manera de encontrarlos por aquí, aunque curiosamente los rillettes listos sí los encontré. En Boston seguro que será más fácil encontrarlos que por aquí arriba, así que dejo esta receta también pendiente.
El muslo confitado lo serví sobre un corazón de puré de patatas cremoso también decorado con cebollino.
La tarta fue lo más elaborado de la cena, no es una receta complicada, pero hay que tener paciencia porque requiere tiempo.
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Hay que elaborar los crepes, al menos unos 20 y lo más finos posibles todos. Yo los hice de matcha, pero sin azúcar, solo les puse un poco de vainilla.
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Para el relleno monté nata con azúcar glass y un poco de vainilla, además usé una lata de azuki, unas judías rojas dulces tradicionales en la repostería de Japón.
Fui montando la tarta, comenzando en la base con el crepe más grueso, cubriendo cada capa con un poco de nata montada, algunas con azuki y así hasta terminar la última capa. El último crepe se cubre con matcha, se puede dejar solo así o decorar un poco más.
En este caso yo usé unas frambuesas y arándanos para darle un poco más de color, además de unos pequeños corazones de colores.
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Sobre esta tarta, Mille Crepe Cake, es muy popular en varios países asiáticos, aunque fue creada en Japón.
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Los Crêpes son un postre francés y allí también se elaboran tartas de Crêpes, pero fue una pastelera japonesa, Emy Wada, quien popularizó esta tarta.
En Estados Unidos hay locales de Emy Wada, Lady M, por varias ciudades como Nueva York, Boston, Washington D.C., Chicago, Los Angeles...
Y así pasamos nosotros este día de San Valentín, con cena especial en casa y con unas vistas increíbles en este pequeño cottage junto al lago.
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