Como comenté en una de las primeras entradas, me había quedado con las ganas de recibir una tarta o de galletas o lo que fuese en la puerta para darme la bienvenida a la casa. De esas que te vienen a dar las vecinas en unas cestitas muy monas y así aprovechan para conocerte. Y es que cuando sólo tienes referencias de este país basadas en películas, puedes suponer que al llegar algunas eran ficción y otras realidad. Esa parte ya suponía que no iba a ser real y menos en una ciudad como Cambridge, pero quien sabe.....por soñar... aunque sinceramente prefiero mis tartas y ellas se las pierden jajaja.
La tarta después de varios meses no llega, ni nada de las vecinas, pero me ha sorprendido la cantidad de correspondencia que hemos recibido dándonos la bienvenida al barrio. Eso sí, siempre haciendo propaganda de sus negocios, u ofreciendo sus servicios, al menos a veces venían con cupones de descuento en tiendas en las que solemos comprar. Lo que no se puede negar es la capacidad innata de marketing que tienen los americanos y es que aprovechan cualquier circunstancia para poder promocionarse. Como ya he dicho anteriormente, en eso nos llevan años luz de ventaja, como muestra nos podemos fijar en cómo se van imponiendo sus costumbres alrededor del mundo o como introducen sus productos, por malos que sean y se vendan como rosquillas en cualquier rincón escondido. En contrapunto nosotros, con unos productos alimenticios inmejorables e incapaces de exportar apenas unos pocos a este mercado.
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| Varios cupones descuento |
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| Carta de Bienvenida con cupón descuento |
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| Descuentos en catálogos de muebles |
Como la tarta de manzana no llegó ni llegará jamás, podemos solucionarlo de dos maneras o comprando una o haciéndola....bueno en este país tenemos otra más entre medio que es comprarla casi hecha y terminarla en casa....¡fácil! como a ellos les gusta.
Tengo que reconocer que escribí esta entrada hace ya varios meses, pero nunca encontraba la fecha perfecta para publicarla. Este pasado mes se ha cumplido los 6 meses en nuestro contrato de alquiler y debido a que hay que anunciar si nos vamos o renovamos con tres meses de antelación y nuestro contrato era de sólo nueve meses como ya os conté, pues hemos tenido varias preocupaciones que nos han consumido gran parte de nuestro tiempo y consecuentes quebraderos de cabeza.
Nuestra landlady o casera primero nos contestó a nuestra oferta por renovar por un año más con una subida de $125 mensuales, argumentando que es lo que ha subido la vida en Cambridge en estos últimos 6 meses desde la firma del primer contrato. Como nuestro sueldo no ha subido en esa exagerada proporción, ni en ninguna, en estos seis meses, no nos ha parecido bien por lo que hemos tenido que explicarle que como máximo podíamos subir a $75 al mes. Ya veis que al menos para tartas tiene la señora.
Después de emplazarnos para un meeting un día y hora propuestos por ella y mandar un e-mail para suspenderlo unas pocas horas antes, (eso es su firma propia, ya van cuatro veces en seis meses), accedió a nuestra oferta de manera bastante borde y tajante. Afirmando que sería el último año con esas condiciones. Vamos como si no hubiera subido ni un céntimo....Pero además se regodeó en vernos sufrir con la firma del contrato queriéndolo dejar para el último momento. Cansados de sus excusas y viendo el juego decidí terminar con el cachondeo y buscar otra casa....Mandé un e-mail de los de su estilo, que yo también se ser tajante.
Como dice el refrán "Lo bueno si breve dos veces bueno" así que "o firmamos hoy o no puedo perder más tiempo y empiezo a buscar otra casa ya". Conclusión nuevo e-mail breve de respuesta. "El nuevo contrato está en las escaleras, lo firmáis y lo dejáis debajo de mi puerta".
Nos quedamos y está vez por 12 meses....y luego ya veremos.
