Nosotros llegamos a
Boston gracias a la empresa para la que trabajaba Fran, era una empresa de tamaño medio, fundada no muchos años antes en
Massachusetts, aunque con presencia internacional pero de trato bastante "familiar".
Las cenas de empresa que se organizaban en
Europa, a las que nosotros tuvimos la oportunidad de ir en dos ocasiones, eran
ESPECTACULARES, nunca he escuchado nada parecido de otras cenas de empresa, no digo que no existan mejores, pero me cuesta imaginarlas... para empezar hay que decir que no se celebraban sólo la cena, era todo un fin de semana de "turisteo" por alguna ciudad europea. Las que nosotros fuimos fueron en
Niza, la primera y en
Oporto, la segunda.
La tercera nos la perdimos por unas semanas en
Europa pero llegamos justos a la de
Estados Unidos. Nada que ver con las otras, pero aún así no nos podemos quejar... mi mejor recuerdo de esa noche fue que aunque me sobraron todos los tickets que me dieron para gastar en bebidas en el bar... me "harté" de comer patas de cangrejos rey de Alaska. Se celebró en
House of Blues Boston y tuvo música y un buen buffet, con bastante variedad de comida.
Como muchos ya sabéis, esa empresa fue adquirida por una gran multinacional de
Silicon Valley y ahí se terminó la
Navidad.... Las dos siguientes pasaron desapercibidas, si era
Navidad la empresa no se debió dar cuenta!! Bueno ahora sabemos que eso era una gran ventaja, aunque por aquel entonces no éramos conscientes, claro. Y hasta aquí puedo leer como en el Un, Dos, Tres.
Este año volvíamos a ser invitados a una cena de empresa, es una
startup pequeñita de tan sólo un año y cinco meses de vida. También fundada en
Massachusetts y en la que Fran acaba de entrar a formar parte hace poco...
Por ese motivo iba bastante nerviosa, al principio pensando que no me iba a enterar de nada, entre la música alta, el tono de voz de los americanos, que suele ser bastante bajo y mis nervios de no conocer a nadie, en un entorno de casi total mayoría de americanos nativos.... Pero al final, creo que la cosa fue bastante bien y aunque tardé algo en ir empezando a hacer el oído, luego la cosa fue mejorando y terminé la noche enterándome de todo sin problemas.
Otro de los motivos que me preocupaban era el de la etiqueta. Cuando nos invitan a una celebración, convite, recepción o reunión en
España no suelen incluir la etiqueta que se requiere, y es que más o menos todos saben como deben acudir a una boda, comunión, cena de empresa o la ocasión que sea... aquí la cosa cambia drásticamente.
Si pensabais que en
España hay variedad, es porque no habéis estado aquí... Sí, lo aclaran como un punto fundamental más, junto con la fecha, el horario y la dirección. Tienen tantos tipos de etiquetas que creo que sería necesario hacer un máster para comprenderlos pero da igual, no importa, cada uno va a ir como quiera de todas formas. Me recuerda un poco a la hora en
España, por mucho que se señale y se ponga en negrita, cada uno va a llegar cuando le parezca, normalmente haciendo una especie de competición por ver quien es el que llega el último... aunque no os escandalicéis mucho que de las dos cenas que hemos tenido aquí, nosotros hemos llegado a la primera, los primeros y a la segunda, los terceros y los demás, diremos que algo más "tardecillo".
Volviendo al tema de la etiqueta, en nuestro caso era
Holiday Festive. Más o menos se puede uno hacer una idea pero para estar segura lo busqué en Google. Lo que vi eran vestidos tipo cocktail, con brillos y algún complemento, bastantes de color rojo.
Como ese no es mucho mi color, opte por un vestido negro, simple pero con un toque gracioso con un discreto escote en la espalda y unas finas plumas en el borde de la falda.
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Foto de mi vestido de la web de la tienda www.anntaylor.com |
El brillo lo añadí en los zapatos, que eran muy elegantes, tipo
peep toe negros con unas pequeñas líneas de brillantes aunque discretos porque eran también negros. Lo que era menos discreto era el tacón que tienen y lo difícil que me resulta andar en ellos :(
No veía la hora de poder quitármelos y la añoranza por el recuerdo de esas fiestas de
Noche Vieja con Carol, en las que terminábamos las dos descalzas, con los tacones en la mano, andado por
El Ejido...
priceless
Como complementos, además de un mini bolso con brillos en el que sólo me entraba el móvil, el I.D y una barra de brillo de labios, también llevé el regalo que me hizo mi madre en mi último cumpleaños y que me llegó a casa por correo.
Una cadena y un colgante de
Tous. El osito lo llevé en el escote de la espalda, ya que por delante no quedaba bien.
Al final este tampoco fue motivo de preocupación porque desde que llegué y me quité el abrigo recibí varios cumplidos, hasta una de las camareras se acercó para decirme que le gustaba mi vestido!! Y también algún compañero masculino de Fran... siempre me sorprende como los americanos sin conocerte se acercan a decirte como le gusta tu vestido, bolso, complemento o lo que sea.
En realidad me dejan bastante cortada porque no sé que decir además de gracias... en
España sólo las personas con las que tenemos más confianza lo hacen, así que puedo decirles que los compré en este o aquél sitio o incluso, lo que costó cosa que aquí no creo que se haga pero tampoco lo sé porque nunca me ha dado por parar a un desconocido para piropearlo. Lo pongo en la lista.... jajajaja
En cuanto a las demás asistentes a la cena, pues hubo de todo... aunque me sorprendió que en este caso, excepto algunas chicas en vaqueros y tenis, que haberlas las hubo, la mayoría iban bastante bien vestidas. Algunas en traje de pantalón y también varias en vestidos más de diario con botas altas.
Sorprendentemente los chicos fueron los que dieron la talla... al principio Fran pensó que iría demasiado elegante por lo que aunque fue en traje negro, se dejó la corbata en casa... Curioso pero para ser un grupo de ingenieros.... la mayoría iban en traje, con pajaritas o corbatas incluidas!!
Y pasamos a la cena por fin... este año teníamos un nombre:
The Barn y una dirección pero aunque la busqué en
Google no encontré nada al respecto. Las instrucciones sin embargo, eran claras. Había que aparcar en el parking de un museo cercano y esperar a un mini bus que nos llevaría en unos minutos a
The Barn.
Así lo hicimos, cuando llegamos el bus ya estaba allí y tuvimos que esperar un poco hasta que se llenó. Cuando llegamos al granero me sorprendió lo bonito y elegante que era. No pude hacer fotos del exterior porque no llevé la cámara y además estaba oscuro.
Por dentro era fabuloso, nada más entrar dejamos los chaquetones y nos recibieron uno a uno. Nos invitaron a sentirnos cómodos en cualquiera de las dos plantas, aunque todos comenzamos por la de arriba. Allí estaban tocando Jazz en directo y había muchas mesas, sillones, sofás y una barra con un barman...
Nos pedimos algunas bebidas y fueron pasando con canapés variados durante un par de horas... hasta que llegaron todos los invitados.
Después, nos indicaron que el buffet libre estaba servido en la planta baja y que podíamos libremente elegir sitio para sentarnos en cualquiera de las mesas que estaban ya preparadas.
El buffet no era muy variado, aunque estuvo bien. Había una ensalada, carne y pescado y para guarnición dos elaboraciones con base de patatas.
Lo que más me gustó fue la carne, era de ternera y estaba muy jugosa y sabrosa. El pescado en cambio lo encontré algo insípido, aunque yo tengo que reconocer que soy más de carne que de pescado de todas formas. Lo que me extrañó es que no estuviese acompañado por ninguna salsa, siendo este el país de las mil y una salsas...
De las dos variedades de guarnición sólo probé una porque la otra llevaba queso. La ensalada era simple, nada que ver con nuestras ensaladas mixtas pero estaba buena.
Para beber también había otra barra en la planta baja donde nosotros nos quedamos. Yo bebí durante toda la noche el cocktail sin alcohol, que estaba delicioso.
Al finalizar nos volvimos a levantar de las mesas, nos servimos té o café y volvimos a reunirnos todos en la planta superior donde todo el mundo ya estaba de pie charlando.
Nos volvieron a servir en bandejas algunos postres y galletas que después dejaron sobre una de las mesas centrales y así continúo la velada hasta que mis pies no aguantaron más y nos tuvimos que marchar.
Fue una bonita noche, muy ambientada y enfocada para promover la socialización entre el pequeño grupo que forma la empresa. Algo que también me llama mucho la atención es que fundadores y los demás empleados con independencia de su puesto, no se diferencian, ni se separan del resto del grupo. Si no los conoces, sería imposible acertar cuales de ellos son...
¿Habéis tenido cena de empresa por
Navidad? ¿Cómo ha sido vuestra cena? ¿Con ganas de que llegue o un compromiso al que no os apetece nada ir??