Maine, el estado que lleva en las matrículas de sus coches desde 1936 el eslogan "Vacationland", es uno de los destinos de vacaciones más populares para los estadounidenses.
Sin embargo, la mayoría de sus poblaciones turísticas se encuentran en su extensa costa, dejando las regiones del interior con un ambiente mucho más rural.
Esto no significa que no podamos encontrar atractivos en el interior, pero ante todo, no significa que no merezca la pena explorar estas regiones.
Nueva Inglaterra me ha sorprendido por el número y variedad de sus granjas, pero especialmente por lo bien que diversifican sus negocios los granjeros de esta región.
Siendo parte de una familia de agricultores, además de la ciudad agraria referente de Europa y del mundo, donde se producen y exportan toneladas y toneladas de productos agrícolas anualmente, es algo que me llama mucho la atención aquí.
Por ello, nunca pierdo ocasión de visitar estas granjas y ánimo a todos a que consideréis incluirlas como parte de vuestras excursiones o viajes.
En los últimos años se ha puesto muy de moda el pedir o pregonar el apoyo a los pequeños comercios y también a los productos sostenibles, de temporada y locales, así que visitar estas pequeñas granjas es la oportunidad perfecta para poner en práctica esa conciencia social tan repetida en redes sociales que muchas veces son solo eso, modas para repetir sin intención de adquirir.
Sea por conciencia social o simplemente para salir de la rutina de la ciudad y explorar otros ambientes, si os interesa conocer más sobre las granjas de Nueva Inglaterra, en este blog podéis encontrar una amplia oferta de opciones, que con esta entrada suma una más y poco a poco irá incrementándose.
En esta ocasión no fuimos específicamente a visitar esta granja, nos pillaba de camino y decidimos parar allí para comprar algo para comer.
📹 Vídeos:
Y por lo que vimos por allí, parece de las mejores opciones de la zona, aunque seguro que en verano está más animada, también nos vino genial que apenas hubiese gente por allí.