
Aunque todo el agua potable de Cambridge proviene de la misma fuente, lo que difiere de una casa a otra, son las tuberías por las que el agua pasa en nuestra propia residencia, hasta finalmente salir por nuestros grifos. Y es en este proceso en el que se puede contaminar con plomo y cobre. Usualmente las casas muy nuevas, de menos de 5 años, o las muy antiguas, son las que tienen mayores posibilidades de tener el agua del grifo con mayores niveles de plomo.
La EPA, Agencia de protección Ambiental de Estados Unidos, en su web nos da algunas recomendaciones para reducir el plomo en el agua potable, como dejar correr el agua unos segundos o minutos, dependiendo de cuanto tiempo haya estado sin abrirse el grifo, antes de beber y usar sólo el agua fría del grifo para el consumo, ya que el agua caliente es posible que contenga más plomo. Además nos recomiendan llevar a analizar el agua de nuestra casa a un laboratorio competente.
Así que siguiendo el consejo de la EPA y aunque en la página web del Departamento de Agua de Cambridge, aseguran que de todos los test que realizan cada año para los residentes de Cambridge, muy pocos están contaminados, nosotros hemos decidido seguir el proceso y asegurarnos.