
Cuando escucho la palabra castillo, suelo pensar en algo europeo, pero nunca me suena a nada que tenga que ver con Estados Unidos. Por eso, cuando el pasado Labor Day estuvimos visitando el sur de Nueva Inglaterra, en concreto el estado de Connecticut, me sorprendió ver en el google maps un parque que se llama Gillette Castle State Park.
Fue en el último día de nuestro puente, de regreso en el coche hacía Boston. Con las ideas claras de querer aprovechar hasta el último minuto, pero sin ningún plan previo, ni idea por muy vaga que fuese. Buscando en el móvil, con las prisas de necesitar tomar una dirección, para seguir conduciendo a un destino intermedio entre nuestra ubicación y Boston, nuestro destino final del día y la única decisión clara.

Esto del castillo sonaba bien, al menos estaba en un parque natural por lo que a unas malas, un paseo por un bosque no parecía tan mal plan antes de volver a casa.

Una vez decidido el destino, no tardamos mucho en llegar, abandonamos la autovía y tras unos minutos conduciendo por un bonito paisaje de bosques, encontramos la entrada al parque.
📍 Dirección:
Gillette Castle State Park
67 River Rd, East Haddam, CT 06423

Era día festivo, pero también era temprano por lo que al llegar todo estaba un poco solitario. Aunque los grandes espacios para aparcamientos y las infraestructuras ya advertían de que era más popular de lo que me había parecido por internet.

Primero entramos en el Visitor Center, para informarnos un poco mejor y hacer algunas preguntas que amablemente nos respondieron.


Además de poder comprar los tickets, allí podemos ver un pequeño museo sobre el castillo y su primer propietario y la reproducción de un vídeo que explica todo más detalladamente.
🎫 Precios de los tickets:
Adultos: $6
Niños (6-12 años): $2

Entre todos los objetos expuestos podemos encontrar éstos:
Un busto de William Gillette caracterizado como Sherlock Holmes. Y es que William fue el dueño del castillo y el que lo construyó sin ayuda de arquitectos, siendo un popular actor conocido por sus representaciones del famoso personaje literario Sherlock Holmes.

William Gillette nació en 1.853 en Hartford, Connecticut. Su padre fue senador de los Estados Unidos y su madre descendiente del fundador de la ciudad.

Sin embargo, su famoso vecino Mark Twain, lo animó y ayudó a conseguir su objetivo. El autor de "Las aventuras de Tom Sawyer", que se había mudado a Hartford, le consiguió un papel en la representación de una de sus obras, con la que debutó en el Teatro Globe de Boston.

Gillette fue el primer actor que representó al famoso detective Sherlock Holmes en el teatro, aunque también lo representó en el cine y para la radio, en total fueron unas 1.300 actuaciones caracterizado como el famoso personaje de Arthur Conan Doyle.
Este hecho le llevó a transferirle algunos toques propios al personaje ficticio, que han ido perdurando hasta nuestros días, como por ejemplo la famosa pipa curvada. Elemento que añadió, en lugar de la pipa tradicional, para facilitarle la pronunciación del texto y para dar mayor visibilidad a su rostro durante las actuaciones.
También usó algunos de los complementos que ya caracterizaban al personaje, como las gorras de cazador que vemos en la siguiente foto.

Usó su ingenio como inventor en temas relacionados con la actuación, como por ejemplo, para crear efectos especiales, que simularan el galope de un caballo, método el cual patentó y fue popularmente usado.
Además, era un apasionado de la mecánica y en especial de los trenes, llegando a diseñar un tren que recorría los alrededores de su propiedad, unos 5 km cruzando incluso por puentes. En la actualidad se encuentra expuesto en el museo.


Al que también construyó una estación, Grand Central Station, ¿os suena? pues hoy en día también se puede visitar y además, hacer un picnic en ella.


A pesar de toda su fama, William Gillette era un hombre solitario y algo peculiar en su vida privada, aunque se casó, su mujer, Helen Gillette, murió muy joven a causa de una apendicitis, mientras se encontraba de viaje en tren hacía Hartford desde Nueva York.
El actor como prometió a su joven esposa, nunca volvió a casarse.

Allí compró unos terrenos sobre una colina con unas espectaculares vistas del río y comenzó la construcción de su mansión.
Fueron necesarios cinco años, entre 1.914-1.919, para terminar la estructura principal, en la que trabajaron 20 hombres bajo la supervisión y los diseños del propio William Gillette.

La mansión de 24 habitaciones y con aspecto de castillo medieval costó un millón de dólares.
Desde el exterior ya impresiona y no le faltan detalles.


Jardines y terrazas rodean la estructura de piedra del castillo.


Pero es aún más sorprendente en su interior, además toda la visita es guiada y están muy bien explicados cada uno de los ingeniosos detalles que Gillette añadió a su castillo.
Para comenzar, hay un total de 47 puertas, de las cuales no hay dos exactamente iguales. Y aunque en una foto es difícil de apreciar tienen un mecanismo bastante curioso.

Además, si una de las puertas le estorbaba para colocar un sillón, como en el caso que podéis ver en la foto, en la zona del bar, se las ingeniaba para adaptarla a sus necesidades. La parte restante la adaptaba al mueble del bar, como si fuese un puzzle, mientras la puerta estaba abierta.

Pero las puertas no son lo único curioso del interior, todos los interruptores de la luz estaban hechos de madera además del ingenioso sistema de las ventanas...


Aunque en entre tanta madera y piedra colocó exclusivas lámparas de cristal de Tiffany.


Construyó una serie de pasadizos para poder escabullirse sin ser visto de las visitas incómodas, pero además ideó un sistema de vigilancia interno, mucho antes de que éstos comenzaran a existir.
Se trata de una serie de espejos ingeniosamente colocados, para mostrar espacios comunes del interior desde una zona que él podía controlar sin ser visto.

Uno de esos puntos que le interesaba controlar era su bar. Un armario lleno de bebidas, con un mecanismo de apertura bastante peculiar e ingenioso.

La mesa del comedor también tenía su ingenio, no era la típica mesa rodeada de sillas. Diseñó un sofá junto a la pared y una mesa de madera con un sistema para poder moverla fácilmente hacia delante si necesitaba usarla o hacia atrás para pegarla al sofá y tener más espacio. ¡Mirad las patas de la mesa!!

Otras zonas en la primera planta:
La cocina

El Salón


Despacho

Terraza de invierno


Y las escaleras que llevan a la segunda planta

En la segunda planta se encuentran los dormitorios

Incluido el de William Gillette

Y una habitación dedicada a algunos restos rescatados del incendio del Aunt Polly

En la tercera planta, última de las que se pueden visitar, podemos encontrar una sala con algunas de sus cartas personales, documentos, libros y su colección de cuadros...

Un sistema anti-incendios que consistía en acumular agua de lluvia en un bidón en la parte superior de la casa.

Y otra sala con objetos personales de sus familiares y en especial de su empleado y amigo, un japonés llamado Osaki.

En resumen una visita de lo más interesante, llena de detalles curiosos, historia y mucho ingenio por parte de un actor bastante desconocido para nosotros, pero que bien merece nuestro recuerdo.
Y el castillo sólo es una parte del parque, lleno de senderos para hacer hiking, zonas de barbacoa junto al río...



Y junto a un viejo ferry histórico aún en funcionamiento.



Espero que hayáis disfrutado de este paseo virtual por la historia de William Gillette y que los que podáis lo disfrutéis en directo porque merece la pena.

Totalmente sorprendente. No me gustaría estar por la noche dentro del castillo ese. Gracias por enseñarlo!
ResponderEliminarYo estoy deseando volver, aunque a pasar la noche no, pero me imagino ese castillo en la época en la que se construyó y me parece alucinante.
Eliminar¡Gracias a ti por tu comentario!