
Tengo que reconocer que no iba con las expectativas altas por lo mucho que me habían asegurado que era una ciudad sin apenas interés turístico. Había escuchado decir que era una ciudad gris y fea, el gran centro financiero de Canadá y la ciudad más poblada del país, pero sin el encanto de otras ciudades como por ejemplo Quebec.
Al llegar cuando íbamos entrando en la ciudad, la decepción fue incluso mayor de lo que esperaba, no recuerdo la zona que estábamos atravesando, pero me parecía hasta insegura y por supuesto con ningún atractivo.
Cuando ya me veía en el peor de los casos, el paisaje empezó a cambiar y realmente no sé si debido a esa entrada tan pésima, pero ya todo me pareció maravilloso. Incluso aunque no paró de llover, casi diluviar, todos los días que estuvimos allí, excepto el primero. Aunque tengo que reconocer que la comida allí también me pareció de mejor calidad a la que tenemos en Estados Unidos, una grata sorpresa que no esperaba y que sin duda también condicionó positivamente mi experiencia allí.
Respecto a la falta de inseguridad que me dio en un principio, tengo que decir que desapareció el resto de los días que estuvimos allí, al menos en las zonas por las que nosotros nos movimos, aunque en general es una de las ciudades más seguras de todo el Norte de América.

A pesar de que no hace mucho Montreal ocupaba esa posición, hasta la década de los 80 y gracias a factores como la crisis política debido a un resurgir de la soberanía de Quebec, que incluso llegó a votar si se independizaba del resto del país.
Como consecuencia de esto, muchas empresas trasladaron sus sedes sociales desde Montreal a Toronto, con lo que la capital de Ontario salió muy beneficiada.
Inicialmente la zona estaba habitada por los indios hasta que a mediados del siglo XVIII los franceses lo ocuparon por un breve periodo de tiempo y después durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos, comenzaron a llegar los colonos estadounidenses fieles a la corona británica.
En 1793 se funda en esas tierras la ciudad de York y se traslada allí la capital de la Upper Canada que hasta ese momento se encontraba en Newark (Niagara-on-the-Lake). York fue destruida en la guerra de 1812 por los estadounidenses que la saquean durante días, aunque finalmente se reconstruye y se le cambia el nombre por Toronto en 1834.
Los colonos americanos afines a los británicos no fueron los únicos que llegaron a Toronto, también llegaron de allí muchos esclavos negros que fueron integrados en la sociedad de la ciudad como hombres libres.
Tras ellos los irlandeses que huían de la hambruna de la patata, y luego alemanes, judíos, italianos, polacos, chinos, rusos y un largo etcétera hasta formar este ambiente multicultural por el que destaca Toronto en la actualidad.
Durante nuestros días en la ciudad visitamos algunos de sus puntos turísticos más importantes. No entramos a los museos por falta de tiempo, ni tampoco pudimos disfrutar de la oferta gastronómica de la ciudad tanto como me hubiese gustado, aunque espero poder volver a repetir y visitar lo que nos faltó.
Cuenta con un observatorio con suelos de cristal, el tercero más alto del mundo, además de un restaurante, aunque durante nuestra visita no paró de llover y estaba muy nublado, por lo que no merecía la pena subir y la dejamos pendiente para otra ocasión. Además leímos que era alcanzada por los rayos con bastante frecuencia, así que pensamos que mejor no visitarla durante una tormenta de lluvia como la que tuvimos esos días, por si acaso.
Desde su web oficial podéis encontrar mucha más información sobre precios, horarios y otros datos, así como poder ver en directo las vistas desde la torre.
En la actualidad, un edifico moderno de cristal rodea y contrasta con la sencilla fachada de estilo Art Deco. El friso de la fachada fue obra de un artista local, Charles Comfort. En ella se pueden reconocer varias industrias canadienses, aunque cuando nosotros la visitamos estaba en obras y no pude fotografiarla en detalle.
Por cierto, parece que a este edificio no le faltan historias de fantasmas y por supuesto no es el único de esta ciudad.
Por último destaco otro de los edificios que más llamaron mi atención del centro de Toronto, el de su antiguo ayuntamiento.
Mis intuición no estaba muy equivocada, ya que aunque no todos son obras del mismo arquitecto, Henry Hobson Richardson, si están construidas con su estilo arquitectónico propio, románico richardsoniano.
Este edificio diseñado por el arquitecto local Edward James Lennox fue inaugurado en 1899 y sustituido por el nuevo ayuntamiento en el año 1965.
En él destaca un gran torre con un reloj y si nos fijamos bien, aunque las fotos son muy malas, también se pueden apreciar cuatro gárgolas. Al parecer no son originales, ya que las originales se dañaron y las retiraron. Las actuales se volvieron a poner con otros materiales, aunque no son réplicas, ya que las originales se perdieron y no se sabe como eran.
Y aunque seguro que hay muchos más edificios que destacar en la zona, yo de momento me quedo con estos. Los edificios no son lo único que hay que podemos apreciar como turistas en el centro de Toronto.
Hay varias esculturas por toda la ciudad, pero la que más me llamó la atención fue una escultura de bronce de una familia de elefantes, una madre y dos crías.
Se trata de Tembo, una obra titulada "Tembo, Mother of Elephants" del escultor Derrick S. Hudson que se encuentra en Commerce Court Courtyard.
Principalmente debe su fama a su mercado, St. Lawrence Market, uno de los puntos de referencia más importantes del centro del Old Toronto.
St. Lawrence Market está formado por tres edificios que han sido varias veces reconstruidos, como uno de ellos que fue demolido en el 2015 y que se volverá a construir. Los edificios que lo componen son:
Hay una zona con algunas mesas para poder comer allí, aunque son pequeñas y el sitio está bastante lleno, así que aunque nosotros conseguimos hacernos con una, es la parte negativa que le encontré a este mercado.
Aunque el más antiguo y conocido St. Lawrence Market no es el único mercado en Toronto y aunque me hubiese encantado tener tiempo para poder explorar los otros, los tengo que anotar también para una próxima visita. ¿Alguna recomendación en especial?
Este barrio nos pillaba de camino al apartamento que habíamos alquilado, así que sólo solíamos pasar por él sin detenernos mucho.
Lo que sí visitamos allí y además varias veces, fue un supermercado, aunque el primer día fuimos a comprar algo al Whole Foods canadiense, era demasiado aburrido porque salvo porque me pareció más caro y algunos productos diferentes, era el mismo supermercado al que voy aquí mil veces.
Se trata del Loblaws, una cadena de supermercados canadiense muy al estilo de los Whole Foods. A nosotros nos gustó tanto que como nos pillaba de camino, fuimos varias veces a desayunar o merendar allí.
Además estaba en una localización significativa, ya que allí se encontraba el estadio de los Maple Leaf, el equipo de hockey sobre hielo de Toronto, desde 1931 hasta 1999.
El Maple Leaf Gardens en el que se encuentra este supermercado es un edificio histórico, considerado una de las catedrales del deporte nacional de Canadá.
Y en el supermercado se pueden observar muchos elementos que conmemoran su pasado deportivo, como murales, símbolos e incluso está marcado con un punto rojo el centro de la antigua pista de hielo.
Otra curiosidad para mi fue ver por primera vez estas escaleras mecánicas para los carros y más que nada el cartel que advierte que no dejen a los niños en los carros cuando lo usan. Seguro que más de uno... 😁
Es un barrio bonito y tranquilo, con una magnífica oferta gastronómica y rincones con encanto. Me faltó hacer fotos, pero las fuertes lluvias hacían imposible hasta sacar la cámara 😞
Es un barrio cultural enfocado al arte y al entretenimiento, aunque también está lleno de historia. Allí podemos encontrar algunos de las construcciones arquitectónicas industriales mejor conservadas de las primeras décadas del siglo XIX en todo el Norte de América.
Se pueden hacer tours, pero como no paraba de diluviar y nosotros somos de secano, no exploramos demasiado y nos metimos directamente en una cervecería que tenía buena pinta.
Coarse salt / horseradish mustard
Esta obra al contrario, animaba a todos a dejar sus candados y no sólo eso, además pedía que fuesen creativos y que los adornasen antes de dejarlos allí.
¿Habéis estado en Toronto o tenéis pensado visitar esta ciudad canadiense? No olvidéis dejar vuestras opiniones y sugerencias en los comentarios.

Inicialmente la zona estaba habitada por los indios hasta que a mediados del siglo XVIII los franceses lo ocuparon por un breve periodo de tiempo y después durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos, comenzaron a llegar los colonos estadounidenses fieles a la corona británica.
En 1793 se funda en esas tierras la ciudad de York y se traslada allí la capital de la Upper Canada que hasta ese momento se encontraba en Newark (Niagara-on-the-Lake). York fue destruida en la guerra de 1812 por los estadounidenses que la saquean durante días, aunque finalmente se reconstruye y se le cambia el nombre por Toronto en 1834.
Los colonos americanos afines a los británicos no fueron los únicos que llegaron a Toronto, también llegaron de allí muchos esclavos negros que fueron integrados en la sociedad de la ciudad como hombres libres.
Tras ellos los irlandeses que huían de la hambruna de la patata, y luego alemanes, judíos, italianos, polacos, chinos, rusos y un largo etcétera hasta formar este ambiente multicultural por el que destaca Toronto en la actualidad.
Durante nuestros días en la ciudad visitamos algunos de sus puntos turísticos más importantes. No entramos a los museos por falta de tiempo, ni tampoco pudimos disfrutar de la oferta gastronómica de la ciudad tanto como me hubiese gustado, aunque espero poder volver a repetir y visitar lo que nos faltó.

Downtown Toronto


Cuenta con un observatorio con suelos de cristal, el tercero más alto del mundo, además de un restaurante, aunque durante nuestra visita no paró de llover y estaba muy nublado, por lo que no merecía la pena subir y la dejamos pendiente para otra ocasión. Además leímos que era alcanzada por los rayos con bastante frecuencia, así que pensamos que mejor no visitarla durante una tormenta de lluvia como la que tuvimos esos días, por si acaso.
Desde su web oficial podéis encontrar mucha más información sobre precios, horarios y otros datos, así como poder ver en directo las vistas desde la torre.




En la actualidad, un edifico moderno de cristal rodea y contrasta con la sencilla fachada de estilo Art Deco. El friso de la fachada fue obra de un artista local, Charles Comfort. En ella se pueden reconocer varias industrias canadienses, aunque cuando nosotros la visitamos estaba en obras y no pude fotografiarla en detalle.
Por cierto, parece que a este edificio no le faltan historias de fantasmas y por supuesto no es el único de esta ciudad.
Por último destaco otro de los edificios que más llamaron mi atención del centro de Toronto, el de su antiguo ayuntamiento.

Mis intuición no estaba muy equivocada, ya que aunque no todos son obras del mismo arquitecto, Henry Hobson Richardson, si están construidas con su estilo arquitectónico propio, románico richardsoniano.
Este edificio diseñado por el arquitecto local Edward James Lennox fue inaugurado en 1899 y sustituido por el nuevo ayuntamiento en el año 1965.
En él destaca un gran torre con un reloj y si nos fijamos bien, aunque las fotos son muy malas, también se pueden apreciar cuatro gárgolas. Al parecer no son originales, ya que las originales se dañaron y las retiraron. Las actuales se volvieron a poner con otros materiales, aunque no son réplicas, ya que las originales se perdieron y no se sabe como eran.

Y aunque seguro que hay muchos más edificios que destacar en la zona, yo de momento me quedo con estos. Los edificios no son lo único que hay que podemos apreciar como turistas en el centro de Toronto.
Hay varias esculturas por toda la ciudad, pero la que más me llamó la atención fue una escultura de bronce de una familia de elefantes, una madre y dos crías.
Se trata de Tembo, una obra titulada "Tembo, Mother of Elephants" del escultor Derrick S. Hudson que se encuentra en Commerce Court Courtyard.



St. Lawrence
Principalmente debe su fama a su mercado, St. Lawrence Market, uno de los puntos de referencia más importantes del centro del Old Toronto.

St. Lawrence Market está formado por tres edificios que han sido varias veces reconstruidos, como uno de ellos que fue demolido en el 2015 y que se volverá a construir. Los edificios que lo componen son:







Hay una zona con algunas mesas para poder comer allí, aunque son pequeñas y el sitio está bastante lleno, así que aunque nosotros conseguimos hacernos con una, es la parte negativa que le encontré a este mercado.

Aunque el más antiguo y conocido St. Lawrence Market no es el único mercado en Toronto y aunque me hubiese encantado tener tiempo para poder explorar los otros, los tengo que anotar también para una próxima visita. ¿Alguna recomendación en especial?
Church and Wellesley
Este barrio nos pillaba de camino al apartamento que habíamos alquilado, así que sólo solíamos pasar por él sin detenernos mucho.
Lo que sí visitamos allí y además varias veces, fue un supermercado, aunque el primer día fuimos a comprar algo al Whole Foods canadiense, era demasiado aburrido porque salvo porque me pareció más caro y algunos productos diferentes, era el mismo supermercado al que voy aquí mil veces.
Se trata del Loblaws, una cadena de supermercados canadiense muy al estilo de los Whole Foods. A nosotros nos gustó tanto que como nos pillaba de camino, fuimos varias veces a desayunar o merendar allí.




Además estaba en una localización significativa, ya que allí se encontraba el estadio de los Maple Leaf, el equipo de hockey sobre hielo de Toronto, desde 1931 hasta 1999.
El Maple Leaf Gardens en el que se encuentra este supermercado es un edificio histórico, considerado una de las catedrales del deporte nacional de Canadá.
Y en el supermercado se pueden observar muchos elementos que conmemoran su pasado deportivo, como murales, símbolos e incluso está marcado con un punto rojo el centro de la antigua pista de hielo.


Otra curiosidad para mi fue ver por primera vez estas escaleras mecánicas para los carros y más que nada el cartel que advierte que no dejen a los niños en los carros cuando lo usan. Seguro que más de uno... 😁


Yorkville
Es un barrio bonito y tranquilo, con una magnífica oferta gastronómica y rincones con encanto. Me faltó hacer fotos, pero las fuertes lluvias hacían imposible hasta sacar la cámara 😞
Distillery Historic District
Es un barrio cultural enfocado al arte y al entretenimiento, aunque también está lleno de historia. Allí podemos encontrar algunos de las construcciones arquitectónicas industriales mejor conservadas de las primeras décadas del siglo XIX en todo el Norte de América.

Se pueden hacer tours, pero como no paraba de diluviar y nosotros somos de secano, no exploramos demasiado y nos metimos directamente en una cervecería que tenía buena pinta.




Coarse salt / horseradish mustard










Esta obra al contrario, animaba a todos a dejar sus candados y no sólo eso, además pedía que fuesen creativos y que los adornasen antes de dejarlos allí.

Toronto Island


¿Habéis estado en Toronto o tenéis pensado visitar esta ciudad canadiense? No olvidéis dejar vuestras opiniones y sugerencias en los comentarios.
Hola Amelia,
ResponderEliminarMe encanta tu blog y soy una fan tuya!
Una pregunta... es debido a la altura de la CN Tower por lo que en España se dice "desde aquí veo Toronto entero"??? Se me ha venido a la cabeza y puede que tenga sentido... me ha parecido muy curioso!
Muchas gracias, y espero la siguiente entrada!
Gracias Estefanía, me alegro de que te guste :)
EliminarEs verdad que se dice eso, yo también lo había oído. Supongo que lo habremos exportado de la CN Tower.
¡Gracias a ti por el comentario!
Amelia, qué chulo! Qué envidia de comida, hoy me acordaba de los brunchs de por allí. Un abrazo. Y gracias por compartir!!!
ResponderEliminarToronto me sorprendió mucho por la comida, a ver si volvemos juntas algún día.
EliminarTenemos brunch, japoneses y mexicanos pendientes por aquí y unos churros por Almería y Granada para este verano.
Te echamos mucho de menos por Boston :(
¡Gracias a ti por comentar! Besicos
Pues una de las atracciones que más me gustó el museo del zapato, pero en general todo el ambiente me encantó.
ResponderEliminar¿El museo del zapato? jejeje pues yo me lo apunto porque los museos estos tan curiosos me parecen muy interesantes.
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