El Parque Natural de Despeñaperros, conocido como la Puerta de Andalucía, ya que es la frontera natural de esta comunidad autónoma con el resto de España, se encuentra en la provincia de Jaén, limitando con Ciudad Real.
Concretamente pertenece al municipio de Santa Elena y cerca de allí además de los paisajes naturales se encuentran también sitios históricos como el de la Batalla de las Navas de Tolosa o cuevas con importantes pinturas rupestres del Neolítico.
A pesa de todo, Despeñaperros sigue siendo más conocido como sitio de paso, camino de entrada o salida para los andaluces.
La famosa carretera A-4 con dirección a Madrid puede ser un auténtico calvario para muchos, además encontrar buenos sitios para comer, es complicado, con lo que empeora la experiencia.
Sin embargo, durante nuestra última visita a España, recorriendo esta carretera de camino entre Madrid y Almería, decidimos desviarnos unos minutos, pero disfrutar un poco de la parada.
No es un gran desvió, solo unos minutos que merecen mucho la pena para llegar a un pequeño hotel con un mesón con terraza, bar y una pequeña tienda de productos locales.
Me refiero al Hotel Mesón de Despeñaperros, que se encuentra en la siguiente dirección.
📍 Dirección:
21213 Santa Elena, Jaén
Una vez en el pueblo, es difícil perderse y cuando llegamos, tenemos aparcamiento gratis en la puerta del mesón.
Entramos por el bar y nos encontramos un local típico, estilo rústico, pero algo oscuro y vacío, allí no había nadie comiendo.
Nosotros en realidad pensábamos parar a comer algo rápido, un bocadillo, unas tapas y seguir el camino, pero nos insistieron en que debíamos entrar al comedor, porque tenía aire acondicionado y íbamos a estar más fresquitos.
Allí dentro estaba todo el mundo, al menos unas cuentas mesas con gente, todas junto a los grandes ventanales por las que se podían ver los paisajes del parque natural.
El salón es bastante más grande de lo que esperaba, además el estilo tampoco es el que esperas encontrar por allí y es que no tiene nada que ver con el que hay en el bar, mucho más rústico y acorde con el entorno.
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Nos sentaron en una de las mesas, también de las que estaban junto a los ventanales.
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La vajilla es muy bonita y sí tiene un aire más rústico, dándole al restaurante un aire entre lo tradicional, rústico y lo más moderno, que encontramos tanto en la decoración, como en la carta.
Nos tomaron nota rápido y también nos sirvieron las bebidas en unos pocos minutos y con ellas además nos sirvieron unas aceitunas y un poco de aceite de oliva con pan.
La carta está formada por platos de recetas tradicionales de la zona, con productos locales y de temporada, entre los que destaca el aceite de oliva de Jaén, la carne de caza, hierbas aromáticas, quesos, escabeches...
Entre ellos es muy famoso su paté de perdiz que elaboran de forma artesanal o los níscalos de Despeñaperros.
Además cuentan con horno de leña en el que elaboran especialmente carnes, pero también podemos encontrar pulpo, atún o bacalao.
Nosotros pedimos solo algunas raciones para compartir, aunque resultaron ser demasiada comida solo para dos.
La comida tampoco tardó en llegar y estos fueron los platos que seleccionamos en esa ocasión.
Lomo De Ciervo Adobado Con Tierra De Almendra Y Emulsión De Ras El Hanout 16.90€
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Dúo De Croquetas (6 Uds) De Gamba Roja Al Ajillo y Jamón Ibérico 9.90€
Se supone que eran 6 unidades, pero nos pusieron 7, así que no nos podemos quejar.
Panceta A Baja Temperatura Y Tostada A La Brasa Con Mojo Picón Y Piparras De Jaén 12.90€
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Nos quedamos con ganas de probar sus postres porque vimos algunos en las mesas cercanas y tenían muy buena pinta, pero nosotros no podíamos comer nada más.
Fran pidió un capuchino y con eso terminamos nuestra parada para comer algo y estirar un poco las piernas.
Allí mismo en el comedir tenían algunas cosas a la venta, entre ellas la vajilla que tienen en las mesas del restaurante.
Y algunos productos artesanos de la zona como aceite de oliva.
Al salir otra vez a la zona del bar me entretuve un poco más en ver la zona de la tienda y los productos artesanos con denominación de origen y las cerámicas típicas.
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Me pareció curioso un postre que se llama Chachepó, el dulce tradicional de Linares.
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¿Lo habéis probado?
Nosotros de momento no, pero seguro que en la siguiente ocasión que nos toque volver a hacer este trayecto en coche de Almería a Madrid o Madrid a Almería, volveremos a pasar por aquí y dejaremos algún hueco para el postre.
En conclusión esta ha sido la mejor experiencia en un bar de carretera por la A-4 que hemos tenido de momento.
¿Alguna otra recomendación que no debamos dejar de probar?
Buena recomendación, no me la paso en la siguiente oportunidad
ResponderEliminar¡Ya me dirás que te ha parecido!
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