
Duodécima Nochevieja, décimo tercer año nuevo que vemos comenzar por aquí, por este rinconcito del noroeste de Estados Unidos, la región de Nueva Inglaterra.
Este año hemos vuelto a celebrar la Nochevieja a nuestro estilo, sin grandes cambios, aunque en un nuevo domicilio.

Siguiendo en la misma región, pero con un cambio de vistas, de una zona rural de naturaleza salvaje a una zona urbana.
Este año no tenía que hacer grandes compras porque me había sobrado mucho de lo que compré para Nochebuena.
Como casi siempre, compro ingredientes que me gustan o me apetece comer sin pensar en recetas, así que luego ya con lo que tengo hago algún plato o me lo invento.

Aún así quería acercarme a la pescadería para ver si habían traído algo diferente o especial para estas fiestas.
La apuesta segura es ir a Portland o a Boston, bueno en realidad a Cambridge, pero al final decidimos mirar en Kittery en una pescadería que nos habían recomendado los vecinos, pero no tenían nada más allá de los típicos filetes de a saber qué pescado y ostras.
Finalmente fuimos a la pescadería de Portsmouth, pero tampoco había mucho, así que terminé comprando solo unos calamares y unos mejillones.
Al llegar a casa me puse a prepararlos, pero los mejillones eran bastante pequeños. No consigo encontrar los que venden en la pescadería de Maine aquí en ningún sitio, así que cambié de idea y en vez de servirlos como entrante al vapor, decidí hacer un segundo plato con los mejillones, los calamares y algo más de marisco que tenía en casa.
Lo primero que se me ocurrió fue rellenar los calamares y hacer una salsa de tomate. Los calamares los rellené con marisco y un poco de galletitas saladas, parecido al relleno de la langosta.

La salsa de tomate la hice con almendras y le puse los mejillones y unas gambas.
Todo al frigo preparado para el día siguiente terminar de cocinar el plato.