Duodécima cena de Nochebuena que celebramos en Estados Unidos, todas y cada una de las doce últimas que hemos vivido en Nueva Inglaterra.
Una nueva casa, unas vistas diferentes, que como podéis ver en la siguiente imagen no son como las del lago de los años anteriores, pero la misma compañía. La presencial y la que está al otro lado de la pantalla, la familia y los que nos seguís por aquí a través de la cuenta de Instagram y del blog.
Una misma decoración que más o menos se va repitiendo, o al menos muchos de los elementos que la forman y el estilo.
También los menús, que aunque van variando un poco siempre tienen elementos similares, los ingredientes que se ven y el caos que no se ve, el de dejarlo todo a última hora.
Un caos que comienza el día de antes, cuando empiezo a pensar qué voy a cocinar y se me ocurren miles de ideas.
No pienso en una receta y compro los ingredientes, normalmente compro los ingredientes que me gustan y luego cuando me pongo a cocinar voy pensando la receta que puedo conseguir con ellos.
El día anterior nos fuimos a una de las carnicerías que más me gustan de esta zona, pero al llegar a casa decidí dejar lo que compré para Nochevieja y mejor comprar una langosta grande para rellenar al día siguiente.
Ya no había grandes, así que nos vendieron dos "pequeñas" que resultaron ser más bien medianas tirando a grandes.
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La receta paso a paso ya la tenéis en el blog desde hace años.
🦞 Receta de Langosta Rellena al Horno
El plato principal al menos estaba claro, langostas rellenas al estilo de Nueva Inglaterra.
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En cuanto a los entrantes, un plato de pulpo a la gallega. No podía faltar este clásico en nuestras celebraciones.
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Unas vieiras a la plancha que me sobraron de las que compramos para el relleno de la langosta.
Unas patatas machacadas fritas con salmón ahumado, alioli y huevas de salmón que era la primera vez que hacía, pero que seguro que repetiremos.
La elaboración es muy sencilla, se cuecen, se machucan en el mortero, se aliñan y se fríen. Una vez listas es solo añadir el salmón ahumado, las huevas y decorar con el alioli.
Y una receta de esas virales que salen por Instagram sin parar, unas flores de hojaldre y calabacín.
Hay que cortar en rodajas muy finitas un par de calabacines, verdes o para darle un toque diferente uno verde y otro amarillo.
Se cuecen unos minutos, se escurren y se reservan.
Las recetas que he visto, son todas con queso de cabra, aunque yo usé un sucedáneo de queso para untar que no lleva lácteos para un par de ellas y un queso en crema para el resto.
Algunas lo untan en el hojaldre antes de cortarlo y otras después.
Yo lo hice después, pero creo que es más sencillo antes de cortarlo en seis o quizás menos, dependiendo del tamaño del hojaldre.
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Se añade un poco de pimienta molida, tomillo y un chorrito de aceite de oliva.
Partimos las rodajas de calabacín por la mitad y las vamos colocando en uno de los bordes, una sobrepuesta en la otra, dejando más o menos la mitad fuera de la pieza de hojaldre.
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Cubrimos con la mitad del hojaldre que no tiene calabacín, la otra mitad que tiene y vamos enrollando desde uno de los lados.
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Después colocamos en un molde de muffins y al horno a la temperatura que recomiende el hojaldre, hasta que estén listos.
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El queso puede derramarse un poco, es mejor colocar una bandeja de horno debajo.
Además si queremos hacerlos un poco más completos, podemos añadirle un poco de salmón ahumado. Los probamos al día siguiente y quedan deliciosos.
De cualquier manera quedan muy vistosos en la mesa y están buenos.
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En cuanto a la decoración he vuelto a usar cosas que ya tenía de otros años.
El mantel con brillos plateados que ya habéis visto muchas veces por aquí en mis mesas.
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Una guirnalda a la que completé con algunas estrellas de brillos y bolas pequeñas, que en realidad son para poner las etiquetas con los nombres de los invitados.
Una vela de árbol de Navidad que también habéis visto ya y una blanca con brillos plata que he comprado este año.
Además de unas pequeñas con forma de árboles verdes también con brillos.
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Y para completar la decoración las luces, las mismas que teníamos en una de las ventanas del lago, pero aquí iluminado la guirnalda.
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La vajilla es la de todas las Navidades.
Es el diseño que encontré de casualidad en una de las tiendas Marshalls durante una de las primeras navidades. Era solo un plato, pero no pude resistirme a comprarlo e investigar sobre esa empresa y sobre ese diseño.
Holiday se vende desde 1974, muchos años antes de que yo naciese, pero desde que lo vi me pareció hecho a medida para mí.
Cada año voy añadiendo alguna pieza a la colección, porque ya es más una colección que una simple vajilla para mí.
Este año he vuelto a encontrar algunas piezas en las tiendas del grupo T.J. Maxx, que fue donde vi este diseño por primera vez.
Otros años he visto en algunas tiendas de segunda mano, pero los precios que yo vi eran iguales o incluso más caros que nuevos, así que prefiero ir comprando piezas nuevas poco a poco, en los Marshalls o cuando ponen ofertas.
Me queda pendiente pedir más con las iniciales, si es que se puede aún, porque solo pedí un año dos platos de postre.
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Los manteles individuales son hechos a mano en España y al igual que la vajilla, al verlos supe que eran perfectos para mi mesa de Navidad.
Son de @azuarabags.
Van con unas servilletas con el mismo diseño.
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Y así quedó la mesa una vez lista para sentarnos a darnos un banquete.
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En Instagram siempre recibo las mismas preguntas, la que más se repite es que si toda esa comida es solo para dos personas.
Bueno es que no es solo para Nochebuena, en Navidad no cocino, solo caliento las sobras y listo, además siempre nos vuelve a sobrar para cenar o para el almuerzo del día siguiente.
De esa manera disfrutamos de la Nochebuena un poquito más, que solo para una cena.
Además no es tan diferente a lo que hace mucha gente que practica el Batch Cooking tan de moda en los últimos años y que mucha gente también ha practicado incluso antes de conocer ese término.
La diferencia es que la mayoría de la gente lo hace durante todo el año y yo solo durante las celebraciones especiales.
Hay platos que por mucho que queramos no podemos dividirlos para hacer porciones pequeñas o directamente no merece la pena cocinarlos, pero eso no quiere decir que los que vivamos solos o en pareja no podamos disfrutarlos nunca.
Tampoco estamos castigados a un solo plato, porque ya es demasiado, afortunadamente existen los frigoríficos y se pueden conservar las sobras sin muchos riesgos y así podemos disfrutar de unas celebraciones con platos variados.
Otra de las preguntas que se repite es que parece que sorprende que comamos juntos uno al lado del otro, no enfrente.
Sinceramente, yo creo que es mucho más cercano estar al lado de tu pareja con la estás compartiendo una cena, pero también un momento especial.
Los platos no suelen ser individuales, así que también es más fácil servirnos y pasarnos la comida estando al lado el uno del otro que enfrente.
Este año no he cocinado nada de postre porque con los turrones tenemos bastante dulce.
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No he logrado encontrar mantecados aún por aquí, aunque casi.
En World Market se supone que tenía a la venta una caja de surtido de mantecados y turrones españoles, pero después de comprarlos, me avisaron de que estaban agotados.
En las tiendas del grupo T.J. Maxx he podido comprar algunos turrones.
No todo lo que veis en la imagen anterior, ya que este año hemos tenido varias sorpresas.
Sin esperarlo nos han regalado una tableta de Suchard, otra de las marcas que son imposibles de encontrar por aquí.
Además del Suchard nos regalaron en persona y directo desde Barcelona una caja de Neulas y hasta un Caganer.
Todo gracias a Xènia de @dulceyfacil, a la que conocimos unos días antes de Nochebuena en Boston y con la que pudimos disfrutar de un día en buena compañía que por supuesto incluyó una buena taza de matcha latte.
El desayuno de Navidad lo acompañé con un té negro con sakura que me traje de Japón.
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Un vecino de esta nueva casa en la que estamos ahora también nos regaló unos días antes de Navidad un Panettone y un paquete de cacao.
Thanks Aleks!
Nuestra merienda de Navidad, unos chocolates calientes con nata montada y un trocito de Panettone.
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Estos dulces tampoco nos los vamos a terminar en Navidad, al menos los turrones nos tienen que durar hasta Año Nuevo.
Aunque esto va a ser complicado porque no sé cuál de los dos es más galocho.
¡Feliz Navidad a todos!.
La mesa está montada tan bonita que casi me daría pena comerme tan apetitosa cena.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro de que te haya gustado.
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