Con la llegada del frío son menos las actividades que se organizan al aire libre por Nueva Inglaterra, pero es una buena época para disfrutar más los interiores y todas las opciones que nos ofrecen, como realizar actividades que nos permitan seguir conociendo toda la historia y cultura que nos rodea.
Afortunadamente en esta zona estamos rodeados de lugares bien preservados que nos hacen más fácil y ameno aprender y querer conocer más sobre temas culturales e históricos. Muchas de esos lugares son casas de autores, políticos o personalidades influyentes que marcaron la historia de este país.
En algunas de estas casas museos se conservan muebles y objetos originales y otras están llenas con objetos de época o al menos imitaciones de los que hubo en su interior. Todos cuentan con voluntarios o historiadores que nos ayudan informándonos y resolviendo dudas muy amablemente.
Todo en general para ayudarnos a internarnos con la imaginación en esas épocas, en esas vidas y en definitiva hacernos parte de la historia, sin duda mucho más que desde las letras que llenan páginas en los libros de texto en las que la historia parece más lejana de lo que es en realidad.
Por ello, cada vez que tengo oportunidad, visito estas casas museos. Aprendo sobre personajes de los que ya conocía algo, pero también sobre aquellos de los que nunca había escuchado, pero son mundialmente reconocidos.
En el blog he compartido algunas de estas visitas a casas de personajes que ya conocía, como John F Kennedy o Louisa May Alcott. También otras de otros personajes que he conocido aquí como Henry David Thoreau o Emily Dickinson.
Y en esta ocasión voy a compartir mi visita a otra de esas casas históricas, que además, casualmente se encuentra muy cerca de donde llevo viviendo en los últimos seis años. Una de las zonas más turísticas de Massachusetts, visitada por una multitud de personas de todo el mundo, gracias en gran parte, a la universidad que aquí se encuentra, la Universidad de Harvard.
Y es que pese a su cercanía con esta universidad, se encuentra a unos diez minutos andando desde allí, esta casa sigue siendo un poco desconocida a nivel turístico.
📍Su dirección es:
105 Brattle Street
Cambridge, MA 02138
Motivos históricos no le faltan, ya que perteneció a uno de los grandes poetas mundialmente conocidos del siglo XIX, Henry W. Longfellow. Y además, fue la sede del General George Washington durante el sitio que sufrió la ciudad de Boston en la Guerra de la Independencia.
En la actualidad, esta casa museo está gestionada, como otros tantos monumentos nacionales, por el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos.
Esta agencia federal estadounidense organiza tours para visitar la casa durante los veranos, por lo que en estos momentos la casa está cerrada hasta mayo del 2019, aunque se puede visitar contratando tour privados y también gracias a eventos gratuitos que organizan ocasionalmente.
Con motivo de las navidades, cada año por estas fechas, organizan dos eventos que nos brindan la posibilidad de visitar la casa gratis.
Holiday Open House
Fecha: viernes 7 de diciembre del 2018
Horario: 4:00 pm
Duración: 4 horas
Este es el evento al que yo acudí el año pasado. Una jornada de puertas abiertas, en la que además de permitirte la entrada a la casa, para ver las salas principales y las decoraciones de Navidad, ofrecen algo de comer y actividades artesanales.
Holiday House Tours
Fecha: Sábado 8 de diciembre del 2018
Horario: 11:00 am
Duración: Cada media hora hasta las 2:30 que comienza el último
También se ofrece algo de comer y un espacio con actividades artesanales navideñas, pero en esta fecha se realizan tours guiados.
Antes de comenzar a escribir sobre mi visita, voy a empezar con una pequeña introducción sobre esta casa y las dos circunstancias que la hacen particular.
Comenzamos con los orígenes de la formación de este país, en el comienzo de la revolución que llevó a las colonias a la independencia de Gran Bretaña y la creación de Estados Unidos.
El que fuera después el primer presidente del país y que prestara su apellido como nombre de su capital, George Washington, llegó a Cambridge un 2 de julio del año 1775. Y atención a la fecha porque tiene mucho significado, ese día y los dos posteriores, ¿os suena?.
Nada más llegar, esa tarde se presentó al ejército como general. Ese ejército era la Continental Army, creada poco antes, el catorce de junio, con hombres de los alrededores de Boston.
Washington, propuesto por John Adams, asumió el mando del Ejército Continental el 3 de julio durante el asedio de Boston y bajo un árbol que aún se conserva, no muy lejos de esta casa, en el Cambridge Common.
Tras tomar el control del ejército, pasó casi nueve meses en Cambridge, durante los cuales estableció su sede en esta casa. Desde su llegada durante el asedio de Boston en julio de 1775 hasta abril de 1776, poco después del fin del asedio el 17 de marzo. Esta fecha en la que los británicos evacuaron Boston, es conocida como Evacuation Day y se conmemora en algunas ciudades de Massachusetts.
Y con eso termina la parte histórica que la relaciona directamente con el origen de este país, pero aún sus pasillos fueron testigos de más acontecimientos históricos de importancia literaria.
Henry W. Longfellow nació en Portland, actual ciudad de Maine aunque en la época pertenecía a Massachusetts, en el año 1807.
Después de concluir sus estudios y viajar por Europa, comenzó a trabajar como profesor en la Universidad de Harvard. En esa época se mudó de alquiler a una de las habitaciones de esta casa, construida en el año 1759 y que en esa época pertenecía a la viuda de Andrew Craigie.
Pasó a ser su propiedad cuando su suegro se la compró como regalo de bodas en el año 1843, siendo su residencia hasta su muerte en el año 1882 y perteneciendo a su familia durante tres generaciones hasta el año 1950.
En esta casa escribió sus obras más conocidas, entre ellas "Paul Revere's Ride" en el año 1860. Recibió a sus notables amistades durante años y también perdió trágicamente a su esposa, que murió a causa de unas quemaduras que se hizo accidentalmente.
Una casa tan famosa que hasta se construyeron réplicas, tanto a escala real como más pequeñas, por todo el país.
Mi visita comenzó en los exteriores de la casa, el jardín que se puede visitar durante todo el año y ese día habían iluminado con velas dentro de linternas de papel.
Hay que rodear la casa y dirigirse hacía la zona trasera, en la que se encuentra un edificio independiente que era usado como garaje.
Al entrar te invitan a tomar chocolate caliente y a comer algunas de las galletas o snacks que sirven en una de las mesas.
Para entrar en la casa principal hay que acceder a través del centro de visitantes, una pequeña puerta en la parte posterior del edificio.
Una vez dentro te informan sobre las normas, una de ellas es que no se puede entrar con mochilas ni tampoco salirse de las zonas establecidas para los visitantes.
En su interior destaca una gran colección de artículos decorativos, obras de arte y mobiliario.
Una de las primeras salas que nos encontramos es un comedor con una mesa para cuatro personas lista para una cena o comida navideña.
La mesa, menos recargada que el resto de la sala, aunque no le faltan detalles.
En la siguiente habitación, una salita de estar en la que destaca su colorida moqueta.
Los papeles que decoran sus paredes y los cuadros que sobrecargan cada espacio.
Entre ellos el retrato de los dos hijos de Henry W. Longfellow, Charles y Ernest.
Todos los artículos en general que llenan cada una de las habitaciones de esta casa como esta mesita del estilo del Renacimiento Rococó que está terminada en mármol.
En la zona de las escaleras se encuentra una de las piezas principales de la colección, el busto de George Washington.
Otros bustos que encontramos son los de Júpiter y Venus.
En el estudio del poeta, hayamos varios retratos entre los que se encuentran suyos propios y también algunos de sus amigos, otros influyentes autores de su época.
Al final, en otra de las salas principales también llena de decoraciones nos encontramos música en directo.
Un pequeño árbol de navidad y alguna decoraciones de estas fechas.
En cada sala hay personal que nos ayuda con las dudas sobre los objetos que nos encontramos por la casa y que nos anima a conversar sobre algunos en concreto.
Algunos son muy curiosos como esta mariposa o los juguetes.
Otros son más exóticos, algunos coleccionados por la familia durante sus múltiples viajes por el mundo.
En general una buena oportunidad para entrar gratis en esta histórica casa, ya sea con una simple visita el día de puertas abiertas o haciendo un tour para aprender más sobre su historia y la de sus habitantes.
Además, justo en frente de la mansión hay un parque que lleva el nombre del poeta y que permite seguir disfrutando de las vistas del río Charles desde la propiedad.
No es un parque muy interesante salvo por ese cometido y el monumento con un busto de Henry W. Longfellow.
¿Conocíais a este poeta? ¿habéis visitado alguna vez su casa museo?
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