
Personalmente disfruto mucho de la gastronomía, en general, como profesional y como consumidora y normalmente me gusta disfrutar de ella con los 5 sentidos.
La calidad de los alimentos, la limpieza y el buen servicio o profesionalidad de sus empleados son aspectos fundamentales en cualquier local gastronómico, pero no son excluyentes de otros aspectos a tener en cuenta.
Poder disfrutar de una buena comida en un ambiente único es uno de los puntos que más valoro a la hora de elegir o de recomendar un local de restauración.
No tiene que ser algo exclusivo u ostentoso, puede ser algo sencillo, una pequeña y antigua cabaña de pescadores situada en un enclave natural como los numerosos lobster shacks de la costa de Nueva Inglaterra o puede ser algo mágico, como un restaurante en medio de un bosque que recrea la casa de la abuelita de Caperucita Roja.
También pueden ser restaurantes que se encuentran en sitios históricos, que nos transporten a otras épocas o que nos ayuden a evadirnos del día a día gracias a sus singulares ambientes.
Library Restaurant, es uno de ellos, un sitio especial, con historia y con un ambiente único, un restaurante que como su nombre indica, parece una biblioteca.

📹 Vídeo:
Los negocios en Estados Unidos pueden diversificar mucho su fuente de ingresos, muchas veces parece que no hay límites. En el blog he ido subiendo alguno de estos casos en los que encontramos tiendas de muebles con parques de atracciones que incluyen cines, heladerías... granjas con restaurantes, tiendas, atracciones... e incluso no es imposible encontrar Iglesias o instituciones públicas en los que encontramos casos similares.
Probablemente todos conozcáis más ejemplos pero hablando de bibliotecas y de restaurantes, no puedo dejar de pensar en la Biblioteca Pública de Boston, que además de contar con un restaurante, también alberga entre sus muros una cafetería y hasta una emisora de radio.
Este caso es diferente, no es realmente una biblioteca, pero es un edificio con historia y su ambiente es similar a una biblioteca, aunque privada.
Se encuentra en Portsmouth, una población costera de New Hampshire que limita con Maine.
📍 Su Dirección:
Portsmouth, NH 03801
Concretamente en los bajos de un edificio histórico, Rockingham House, que anteriormente había sido una de las mejores casas de ladrillos de Nueva Inglaterra, la mansión del juez Woodbury Langdon, construida en el año 1785.

📹 Vídeo:
Posteriormente, en el año 1830, se abrió al público como el Inn Rockingham House hasta que en el año 1870 fue adquirido por Frank Jones, quien lo amplía y lo convierte en un hotel de 130 habitaciones.
En 1884 el hotel resultó seriamente dañado a causa de un incendio, pero fue reconstruido igual que el original, aunque le añadió bajorrelieves de terracota con el busto de Woodbury Langdon a la izquierda y el suyo propio a la derecha.
Según su web personajes históricos como George Washington, Franklin Pierce, James K. Polk, Theodore Roosevelt, Chester Arthur, William Taft y John F. Kennedy se han alojado o han comido en este hotel.
El edificio actualmente y desde 1973 se usa como condominio de viviendas. El restaurante en sus bajos, fue reabierto en 1975, cuando se ambientó con la temática actual, de biblioteca.
En su fachada podemos ver a dos parejas de leones a cada lado, los cuatro fueron añadidos en 1872.

Dirigirnos a la puerta entre estatuas de leones ya nos puede dar una idea de lo que nos vamos a encontrar allí.

📹 Vídeo:
Una vez en el interior nos encontramos con un recibidor pequeño que da acceso a una zona de bar a la izquierda, amplia con barra y mesas y un estilo aunque más informal, parecido al resto del restaurante.

📹 Vídeo:
A la derecha hay una sala más pequeña, ideal para banquetes o reuniones más privadas.

Y enfrente el gran comedor, dividido en dos zonas amplias, con grandes ventanales, techos altos y una gran chimenea en uno de sus extremos.


📹 Vídeo:
Todo el ambiente está diseñado para transportarte a otra época, a una biblioteca privada de otro siglo de alguna mansión de la clase alta de Estados Unidos, o eso me imagino yo.

Sus mesas son amplias y están suficientemente separadas unas de otras para poder disfrutar de la velada con algo de privacidad.

Las mesas están montadas muy sencillas, con mantel blanco y servilletas blancas, una cristalería, vajilla y cubertería simple. No es necesario más decoración, ya hay bastantes detalles en el salón.


La carta es de cuero marrón, con el logo del restaurante en una cara y el menú en la otra.

📹 Vídeo:
El menú es variado, algunos entrantes entre los que elegir, ensaladas y sopas de primero y entre los segundos carne y pescado variado.
Como en muchos asadores de este estilo en Estados Unidos, en el menú nos encontramos las carnes, salsas y acompañantes separados, de manera que se todo se puede combinar a gusto del comensal.
Los precios son medios altos, pero depende de lo que pidas, las carnes son lo más caro, más si se le añade salsas y algunos acompañantes, aunque las cantidades son grandes.

Además te sirven pan con mantequilla y ajos con las bebidas como aperitivo, algo no tan común en los restaurantes por aquí.
El pan estaba bien, aunque en mi opinión hubiese estado mejor caliente y más tostado.

📹 Vídeo:
Nosotros decidimos pedir carne los dos y aunque nos quedamos con ganas de probar algunos de sus entrantes, ya sabíamos que nos iba a sobrar bastante solo con la carne.
Filet Mignon 8 oz $42

📹 Vídeo:
Aparte Fran pidió para completar el plato el Steak Oscar, que por $14 extra lleva carne de cangrejo, espárragos y salsa Holandesa.

Bone-In Ribeye (Cowboy Cut) 24 oz $49

📹 Vídeo:
Yo pedí para acompañar mi plato el Steak Au Poivre por $3 extra que es una salsa con granos de pimienta y cognac.
Tradicionalmente se suelen servir los granos enteros, aunque aquí los sirven ya molidos. De todas formas lo que más me sorprendió fue no encontrar la salsa, pensaba que vendría una salsa de cognac espesa, pero ni rastro. Solo lo acompañaron de unos ajos confitados y unas finas hebras verdes, que no recuerdo que eran.
La carne estaba bien cocinada, mejor la de Fran, más suave y con la salsa también acertó más.

Como era mucha cantidad pedimos el Doggy bag, la bolsa del perro que es como lo llaman por aquí, pero que en realidad suele ser una cajita para llevarte todo lo que no has podido terminar.
Fran se empeñó en pedir la carta de postres, así que acepté para ver qué tenían, pero no tienen carta. Nos trajeron una bandeja con varios postres para elegir directamente.
Elegimos la tarta de chocolate para compartir, nos la emplataron con un poco de nata montada adornada con unas hojitas de menta y sobre una salsa de chocolate caliente.

📹 Vídeo:
Estaba buena, pero es muy empalagosa, creo que en postres podrían mejorar un poco, pero al final el restaurante muy recomendable en general.
El servicio fue correcto en todo momento, profesional, amable, rápido... ninguna queja por lo que seguro que repetiremos por aquí.

En conclusión muy recomendable, tanto para celebrar alguna ocasión especial, como para reunión entre amigos o simplemente otra opción para cenar por Portsmouth.
ACTUALIZACIÓN JUNIO 2023
Este año me ha tocado celebrar mi cumpleaños en plena mudanza, pero unos días después, ya un poco más tranquilos y sin nada para comer en casa, decidimos repetir en este restaurante.
La idea era probar en la zona del bar, para una cena más informal, pero al ir sin reserva, solo tenían mesa libre dentro, en el comedor principal.

📹 Vídeo:
Al llegar junto con las bebidas nos sirvieron un poco de pan con ajo y mantequilla, como la otra vez, pero ahora calientes.

📹 Vídeo:
Estos son los platos que hemos seleccionado en esta ocasión de la carta.

Roasted Brussel Sprouts $9

Baked Stuffed Haddock with Lobster $36
Topped with sherried cracker crumbs and lobster with basmati rice and vegetable of the day


Filet Mignon 8 oz $46

📹 Vídeo:
Esta vez la cuenta nos ha costado $107.95 con los platos que he mostrado más una salsa y una Coca Cola.

¿Qué os ha parecido este restaurante?. ¿Conocéis otros de este estilo?.
No hay comentarios :
Publicar un comentario