A la hora de comprar un árbol de Navidad, muchas gente se pregunta cuál es la opción más adecuada, si uno natural o mejor uno artificial.
En esto, como en todo, hay ventajas y desventajas en cada una de las opciones, así que depende de varios factores determinar cuál es la opción más adecuada para cada uno.
Este año me encontré con esta duda, por primera vez en Estados Unidos, en mi Navidad número 11 en este país, así que la hice pública en la cuenta de Instagram del blog en forma de encuesta y el resultado fue obvio.
Os pongo un poco en antecedente sobre mis circunstancias personales, al llegar a Estados Unidos, lo hicimos con unas pocas maletas y lo más básico, así que teníamos que empezar totalmente desde cero, compra de coche, muebles, menaje, ropa de abrigo... un gasto notable para nuestra economía.
Aún así en el último momento, ya cuando estaban los árboles de Navidad en liquidación, compré uno pequeñito, pensando que ya otro año podría comprar otro mejor. Al final se quedó montado muchos años, hasta que nos mudamos de nuestra primera casa de Harvard Square, unos siete u ocho años en total, perenne en el salón de casa.
Luego vino la primera mudanza y después la segunda, al final poco quedaba del arbolito, se había quedado pelado y había más agujas verdes de plástico por el suelo que en el árbol, así que decidí que era hora de deshacerme ya de él. Intenté venderlo muy barato o donarlo, pero no nada, así que terminó en la basura después de su décima Navidad.
En general en España no solían ser muy típicos, siempre ha sido más popular el Belén, o al menos el nacimiento, pero con los años ha ido ganando terreno y ya está prácticamente en cada casa española.
Además y supongo que en parte la razón es que en España, especialmente en el sur, no es que tengamos muchos árboles en general y menos pinos, tampoco hay una gran industria de plantaciones de estos árboles por lo que las circunstancias son bastante diferentes a otras áreas como por ejemplo aquí, en Nueva Inglaterra.
En Estados Unidos hay aproximadamente 15.000 granjas de árboles de Navidad, que en total cuentan con unos 15 millones de árboles que generan unos 377 millones de dólares y proporciona empleo a más de 100.000 personas.
Los estados con mayor producción de árboles de Navidad son Oregón, Carolina del Norte y Pensilvania, aunque hay algunos como Alaska que no proporcionan información y por eso no se sabe si está entre los primeros del país o no.
Concretamente en los estados de Nueva Inglaterra los números que he encontrado de granjas de árboles de Navidad son los siguientes:
Rhode Island: 65
Massachusetts: 264
Connecticut : 538
New Hampshire: 234
Vermont: 260
Maine: 332
Así que incluso aunque no sean los estados con más granjas de árboles de Navidad de este país, aquí a mi alrededor y en pocas horas de distancia en coche, tengo varios cientos de granjas. Algo que tenemos que admitir es bastante significativo y que queramos o no, hace grandes diferencias con respecto a España en este tema.
Y eso sin contar otras opciones en las que también venden estos árboles, no me refiero solo a supermercados u otros establecimientos comerciales, también a fundaciones, clubs, Iglesias... los venden hasta en los laterales de las carreteras para recaudar dinero para cosas diversas.
En parte me recuerda un poco a la venta de lotería de Navidad en España o las típicas cajas de mantecados que vendíamos en el cole para sacar algo para el viaje de estudios.
Sea como sea aquí los estados, ya sea desde los departamentos de recursos agrícolas como el de Massachusetts o desde las webs oficiales de turismo como las de New Hampshire, animan a la compra de árboles de Navidad reales.
Os dejo los enlaces a sus webs oficiales por si queréis más información:
Massachusetts
👉 https://www.mass.gov/service-details/christmas-tree-farms
New Hampshire
👉 https://www.visitnh.gov/things-to-do/attractions/christmas-tree-farms
Y no solo visitando las webs oficiales del estado que sea, además lo podemos comprobar en sus redes sociales o incluso en campañas de anuncios que crean para fomentar la venta de estos árboles.
Entonces parece claro, aquí hay interés en que se fomente y se compre árboles reales de Navidad, pero los motivos es que además son varios y mucho más complejos de lo que al menos yo conocía antes de vivir aquí.
En Estados Unidos es una tradición familiar ir a una granja local, elegir un árbol, cortarlo y llevarlo a casa, tanto como decorarlo o tenerlo en el salón, forma parte de la Navidad y de sus tradiciones tanto como lo es para nosotros comprar un roscón y comerlo el día de Reyes con la familia.
Por ello algunas granjas ofrecen más que solo la venta del árbol, aprovechan para vender también adornos u otros artículos navideños, bebidas calientes, cider donuts, galletas, algunos hasta salchichas... y experiencias como paseos en camionetas, fotos con Santa...
Muchas de las granjas de Nueva Inglaterra son pequeñas, negocios familiares que diversifican sus ingresos tanto como pueden para sobrevivir a los altos costes de producción y cada vez menores beneficios.
Aquí el clima es un factor importante, así que muchas terminan sus cultivos con los árboles de Navidad, hasta primavera no pueden volver a cultivar nada más.
No solo son importantes por el tema económico, porque generan empleo en zonas locales y mantienen a familias enteras poblando zonas menos urbanas, además proporcionan cultivos locales y productos artesanos, espacios al aire libre y actividades muy tradicionales para el entretenimiento de la población.
Especialmente después de pasar lo que hemos pasado en los últimos años, creo que ahora somos un poco más conscientes de la importancia de mantener sitios abiertos al aire libre, donde poder desarrollar actividades, tan sencillas como recoger manzanas, calabazas, arándanos u otras frutas, poder ver animales de granja o pasear... Son una opción que ayuda no solo a mantener una buena salud mental al poder disfrutar de espacios abiertos y al aire libre, también a crear vínculos familiares, ya que son actividades que se suelen realizar en familia.
Los cultivos locales, además ayudan a mantener el medio ambiente, ayudando a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, evitando que los productos tengan que viajar desde lejos.
En el caso de los árboles de Navidad, también se aplica, ya que si optamos por comprar el artificial, probablemente venga desde la otra parte del mundo, donde se fabrica casi todo y no en las mejores condiciones laborables para sus empleados, pero eso es otro tema.
Ayudan a mejorar la huella de carbono, limpian el aire respirando dióxido de carbono y emitiendo oxígeno.
Los cultivos de árboles de Navidad previenen la erosión del suelo y proporcionan hábitat a aves, insectos y a la vida salvaje en general.
Además la mayoría se encuentran en terrenos que no son aptos para otros cultivos, pero no dejan de ser cultivos en granjas como otros muchos agrícolas, aunque en este caso necesitan entre 7 y 10 años como promedio para alcanzar un tamaño estándar.
Por cada árbol de Navidad que venden, las granjas suelen plantar entre 1 y 3 árboles nuevos para garantizar un suministro constante, si no se venden, estos árboles no se plantarían y no existirían.
Ahora si comparamos con España, concretamente en mi tierra, la provincia de Almería, donde ya se alcanzan los 3.5 millones de pascueros navideños, nadie se escandaliza porque se compren estas plantas reales y no sus equivalentes artificiales en plástico.
Si bien es verdad que no se cortan, como es el caso de los árboles de Navidad, la mayoría no dura mucho en las casas y tampoco en los jardines de las ciudades. No sé en otras ciudades, pero en la mía hasta el ayuntamiento los regala o al menos los regalaba gratis cada Navidad, he tenido cada año y nunca me han durado más de 3 u 4 meses.
Por otro lado, los árboles de Navidad naturales pueden ser reciclados, son biodegradables y al menos aquí, tanto en Massachusetts como en New Hampshire, hay programas de recogida y reciclaje de estos árboles de Navidad.
Algunas ciudades cuentan con programas para hacer abono, que después usan para los jardines públicos e incluso algunos los regalan gratis a los residentes para que los usen en sus jardines privados también.
También hay algunas granjas que te ofrecen cupones de descuento para el próximo año si les llevas el árbol para que puedan reciclarlo y usar el abono para sus cultivos.
Otra opción es quemarlos, aunque NO lo hagáis vosotros, es peligroso quemarlos en chimeneas y además arden muy rápido y se puede descontrolar fácilmente el fuego y causar un incendio.
En algunas ciudades realizan una hoguera de árboles de Navidad para recaudar fondos, como por ejemplo la de Newbury en Massachusetts, que los beneficios van al departamento de bomberos de esa población.
Nosotros hemos ido varios años y he compartido esas ocasiones en el blog, podéis leerlas pinchando en los siguientes enlaces:
🔥 Hogueras Americanas: Old Newbury Bonfire
Sé que esta opción no está bien vista, pero como dije en la cuenta de Instagram, creo que nosotros tenemos otras costumbres, San Juan, San Antón, Las Fallas.... al final cada uno puede preferir una opción u otra, pero eso no quita que respetemos las de los demás también.
Las desventajas de estos árboles naturales son el tener que mantenerlos, ya que requieren mucho agua, además es importante que estén bien hidratados para que no se sequen mucho porque pueden ser más peligrosos en las casas a la hora de provocar incendios.
Algunas personas pueden tener alergias a los árboles de Navidad naturales, por lo que entonces no es una opción.
Algunas familias se han llevado regalos sorpresa junto a su árbol, como la que se encontró con una lechuza mientras lo estaban decorando, pero también es común encontrarse con cientos de arañas u otros insectos que nacen en el árbol una vez que está dentro de la casa.
Además suelen ser más caros, encima si lo cortas tú es más caro que los que ya venden cortados, porque al final te suman la experiencia de cortarlo tú mismo.
Y si elegimos la opción de granja local, por los motivos que ya he señalado anteriormente, va a ser bastante más caro que en un supermercados y cadenas de otros establecimientos.
Si por el contrario pensamos en la opción de comprar un árbol de Navidad artificial, tenemos la ventaja de que es más duradero, en mi caso fueron 10 años, en otros son muchos más, pero la media en Estados Unidos es de entre 6 a 9 años.
Muchos árboles de Navidad artificiales están hechos con metal y plástico, algunos no reciclable, además muchos contienen sustancias químicas que son perjudiciales para la salud. De hecho, muchos están fabricados con un plástico denominado policloruro de vinilo (PVC), un derivado del petróleo que puede contener plomo y otras sustancias tóxicas.
El estado de California por ejemplo, requiere que muchos de estos árboles vengan con una etiqueta de advertencia por riesgo de Plombemia o exposición al plomo, lo que aquí se conoce como Lead Poisoning.
La mayoría de ellos, concretamente el 80% de la elaboración mundial, son fabricados en China, así que a no ser que a no ser que vivas allí, tienes que sumar las desventajas de las compras de productos no locales.
Por otro lado, aunque también pueden provocar incendios, los árboles artificiales son mucho menos inflamables que los naturales, no requieren de cuidados extras y se pueden volver a usar durante años, por lo que ya son más económicos a largo plazo que los naturales.
Algunos pueden ser reciclados, aunque hay pocos programas que se encarguen de hacerlo y es bastante probable que terminen en la basura normal.
Como conclusión, yo pienso que cada uno debe de encontrar la opción que más se adapte a sus circunstancias, económicas, a su localización... además de que al final todo es una decisión personal en la que también hay que tener en cuenta los gustos de cada uno, los ideales, principios...
Personalmente este año, por primera vez en mi vida y en un punto en el que aún sigo de alquiler, sin casa propia y con posibilidades altas de mudanza temporal inminente, habiéndome informado de todos los factores a mi alrededor y con un poco más de desahogo económico que cuando llegué a este país, he decido que la mejor opción este año es la del árbol de Navidad natural y comprado en una de las granjas locales de mi región.
Y así lo hecho, al menos este año, en el futuro, volveré a replantearme mis circunstancias personales para intentar elegir la mejor opción posible en ese momento.
¿Qué opináis vosotros?. ¿Algo más que añadir, otro punto de vista a tener en cuenta que no haya tocado?.
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