sábado, 4 de noviembre de 2023

Undécimo Aniversario en Nueva Inglaterra

Undécimo Aniversario en Nueva Inglaterra

Once años viviendo en Estados Unidos, viviendo nuestro duodécimo otoño por este país en los que hemos pasado de aliens a residentes permanentes y luego a ciudadanos, siempre inmigrantes, pero ahora con dos pasaportes. 


Undécimo Aniversario en Nueva Inglaterra


Ahora ya parece que no se puede usar la palabra alien, cuando nosotros llegamos  se usaba igualmente si eras indocumentado o como nosotros, llegabas con visados y con todo en regla. A mí nunca me pareció una ofensa, siempre me hizo gracia, pero es como todo, las palabras son solo eso y tienen el valor que nosotros queramos darles. 

Yo he sido alien y para mí eso significa que dejé todo lo conocido para explorar un mundo nuevo, al que no pertenecía, pero en el que conseguí integrarme, conseguí adaptarme y en el que ya llevo más de una década. 

Ya no me considero tan alien como al principio, creo que este mundo ya es poco mío también. En cambio lo de inmigrante creo que lo llevaré por bandera toda mi vida. Olvidarme que aquí soy una inmigrante es olvidar mi tierra, de dónde vengo y eso es algo a lo que no pienso renunciar ni en un millón de años. 

El año pasado, como casi cada año, compartí por el blog mi Décimo Aniversario en Nueva Inglaterra, aunque el 2022 fue un año más tranquilo, en el que disfrutamos de la vida en el lago. Quizás lo más destacado fue que Fran comenzó su vida como ciudadano de Estados Unidos


🇺🇸  Décimo Aniversario en Nueva Inglaterra


El 2023 ha sido otro año de cambios, comenzando con mi ciudadanía, que llegó de regalo de Reyes Magos a principios de enero. 


Undécimo Aniversario en Nueva Inglaterra


Los primeros seis meses seguimos en la casa del lago, pero aunque no fue una decisión fácil, después de junio, volvimos a hacer mudanza y maletas. 


Tarta de Frutas en Great Bay, New Hampshire


Todos esos meses allí, en esa pequeña cabañita del lago, han sido una experiencia única que nos llegó en el momento más oportuno, cuando más necesitábamos aislarnos de todo, pero la vida son fases y todo pasa. 


Cabaña en Great Bay, New Hampshire


No es necesario que te deje de gustar algo, pero quizás las circunstancias que hacían ese entorno perfecto para una etapa determinada, no encajaba del todo en la siguiente etapa. 

Además nosotros queríamos ya comprar nuestra casa, nuestra primera casa realmente nuestra, sin tener que depender ni negociar más contratos de alquiler, ni nuevos, ni renovaciones porque no sé qué es peor. 

Tener por fin nuestra casa, mejor o peor, pero adaptada a nosotros, sin muebles que van cambiando de casas y que no se adaptan a cada cambio, algo permanente, para nuestras cosas y para nosotros, una estación base. 

Algo que ya llevamos años buscando y que cada día vemos que es una realidad menos alcanzable para nosotros, da igual si bajamos los requisitos, da igual si nos alejamos de la ciudad, da igual si nos cambiamos de estado... 

También empezamos a buscar coche nuevo, a mediados o finales del 2022, cuando nuestro coche ya cumplió los 10 años

Al llegar compramos un coche, pero el más básico que encontramos nuevo, no nos fiamos de comprar de segunda mano y necesitábamos algo urgente. 

Ese coche básico, lo más barato nuevo que encontramos, ha resultado ser una compra maravillosa. Un coche que ha dormido toda una década en la calle, en las calles de Nueva Inglaterra. Que ha estado enterrado literalmente en nieve y que además ha pasado más de dos años frente a un lago salado sin dar problemas graves. 


Nissan Versa


Pero los años pasan para todos y ya no vivimos en la ciudad, aquí hay más ciervos, más animales que se cruzan por las carreteras y queríamos algo un poco más seguro. 


Ciervo en la Región Seacoast de New Hampshire


Bueno y yo quería asientos calefactables, así que nos decidimos a cambiarlo, pero imposible. 


Carreteras en la Región Seacoast de New Hampshire


Dedicar el tiempo a intentar comprar casa, a intentar comprar coche y ver que es una tarea imposible, que intento tras intento es todo un fracaso, cansa y desespera.

Al final decidimos no luchar contra el destino. Por alguna razón las señales nos estaban diciendo que no era el momento para nosotros, así que decidimos escuchar. 

Y entonces empezamos a planear aventuras maravillosas en nuestras mentes, dejando volar la imaginación sin límites, pero otra vez el destino se encargó de frenarnos. 

Los planes ideales eran cruzar el país en coche, pasar tiempo en varios estados del centro del país y llegar a la costa oeste, pasar allí un tiempo en Seattle, cruzar a Vancouver, estar un mes por allí y volar a Japón

Nuestros planes de vivir en Japón un año al conseguir la ciudadanía estadounidense, porque con la Green Card no podíamos sin perderla, se esfumaron con la pandemia. 

Nuestra esperanza, era que la empresa para la que trabajaba Fran le permitiese cambiarse a la oficina de Tokio un año, pero nunca sabremos si hubiese funcionado el plan, porque en la pandemia cerraron esa oficina y la empresa terminó siendo adquirida por una multinacional. 

Nosotros hemos aprendido a adaptarnos, así que de un año pasamos a planear unos 3 meses, lo máximo que se nos permite estar en Japón sin visado. 

Y otra vez el destino nos tocó en la puerta, después de estar todo el tiempo de la pandemia sin viajar por motivos laborales, cuando menos nos lo esperamos nos llegan varios, uno en Europa, otro en Asia y otro en Estados Unidos, todos muy alejados de nuestros planes. 

Y comienza la época de estrés, o eso parece, entre preparar todo para dejar la casa del lago, preparar la gran aventura y los cambios por motivos laborales que no paraban de llegar, se nos presenta el destino otra vez y esta nos manda directos y en ambulancia al hospital. 

Mi primer ingreso hospitalario en toda mi vida, días antes de cumplir los 41 y una serie de pruebas que no hacen nada más que confirmar que todo fue un susto. Uno que me dejó inconsciente por no sé cuánto tiempo y con convulsiones que por poco acaban antes con Fran que conmigo. El pobre solo fue capaz de llamar a urgencias y allí me desperté yo, con la policía, la ambulancia y los bomberos en la casa. 

El destino se ponía serio, como para no escucharlo, o el estado del vive libre o muere nos estaba advirtiendo de que el logo puede sonar así, pero puede que fuese más un vive aquí o muere... sea como sea, otra vuelta a cancelar, cambiar y adaptar reservas y planes. 

Pasamos a hacer todo simple, dejar la casa del lago, todo listo para estar fuera un tiempo, con los muebles y cosas personales en un trastero, un apartado de correos para recibir cartas, muchas facturas de hospital y el coche en buenas manos, con unos amigos. 

Y empezamos por volar a casa, no estaba en nuestros planes ir este verano a España, pero tampoco es que no sea una buena sorpresa para nosotros y para la familia. 


Plaza de la Iglesia en El Ejido, Almería


El viaje a España fue por motivos laborales, pero solo una semana en Madrid, el resto del mes con la familia en Almería

Esta última década hemos vuelto en muy pocas ocasiones a España, los procesos inmigratorios nos marcaban los ritmos de los viajes, pero ya somos libres de todos esos procesos y ahora nos planteamos volver con más frecuencia. Quizás no todos los años, pero tampoco lo descartamos... 


Km 0 en Madrid, España


Desde Almería a Madrid de nuevo y desde allí directos a California, tocaba otro viaje laboral y teníamos que volar a San Francisco unos días. 


Aeropuerto Internacional San Francisco, California


Hubo cambios de fechas, al principio era la primera semana de agosto, luego cambió a la última, al final decidimos no cambiar los vuelos desde España y pasar el mes de agosto en California, pero no en San Francisco

California no es mi estado favorito de este país, eso no es ningún secreto por este blog, pero intento no perder ninguna oportunidad que me brinda el destino, ese mismo destino que cuando se empeña nos complica la vida, pero solo un ratito. 

Al final, todo un mes en California nos ha dado la oportunidad para conocer mucho de este estado que aún se nos resistía. Hemos ido en coche desde San Francisco hasta San Diego y después de una semana en esta ciudad, vuelta hasta San Francisco


The Kissing Statue en San Diego, California


En el camino, San Juan Bautista, Monterey, Carmel, el Big Sur y mucho, mucho más... pero eso ya lo habéis podido ver en las historias de Instagram y lo iré compartiendo poco a poco por aquí. 


Bixby Creek Bridge en el Big Sur, California


Y desde San Francisco hasta Tokio, para volver a esta ciudad que tanto nos enamoró y ahora recorrer un poco el país. 


Welcome to Tokio en el Aeropuerto con Hello Kitty


Solo un poco, ya que tuvimos que volver a adaptar nuestros planes de tres meses a solo uno, muy poco tiempo, pero lo suficiente para seguir deseando volver a visitar este país tan fascinante y que tanto nos ha atrapado por su gastronomía, belleza, limpieza, educación... 

Después de este mes en Japón, de estos tres meses de verano, vuelta justo a tiempo, en otoño a Nueva Inglaterra

Sin casa, sin nada excepto un trastero lleno de cosas y un coche, pero con energías recargadas y con ganas de volver a esta región a la que ya sentimos como nuestra casa también. 

Y ahora solo acabamos de llegar, pero ya hemos empezado con buen pie, hemos encontrado el coche que queríamos. 

Hemos sido capaces de comprarlo en un día, solo un día, bueno en realidad llamamos a las 10 de la mañana para asegurar que lo tenían, nos dieron cita para las 12:00 porque decían que tenían que tenerlo listo para que lo pudiésemos probar. 

A las 4:00 ya nos lo llevamos y eso incluyendo que lo pudimos conducir antes de decidir si lo queríamos y que nos fuimos a comer mientras nos lo lavaban para que nos lo llevásemos limpio. 

Nuestro segundo coche en Estados Unidos, el primero lo entregamos, con toda la pena, pero era el momento de cambiar. 


Mazda X5


La casa aún se nos resiste, pero hemos encontrado algo temporal, otro alquiler, esta vez en un residencial de apartamentos, tipo hoteles con zonas comunes y eventos gratis para los residentes.

Algo muy diferente a las casas en las que hemos vivido hasta ahora, pero en un momento en el que necesitamos socializar, volver a integrarnos en una sociedad de la que nos habíamos alejado con premeditación y alevosía 😅

En el lago fui feliz, hablando con los animales, nunca me sentí sola, todo lo contrario, estaba empezando a sentirme demasiado cómoda así, pero también estaba empezando a retroceder con mi inglés, a sentirme torpe entre personas presenciales, que no estuviesen detrás de una pantalla y era hora de frenar todo eso. 

En Estados Unidos siempre dicen que es complicado hacer amigos, pero quizás por ello también hay más predisposición para solucionar estas circunstancias sociales debidas en gran parte a la cultura y circunstancias de este país. 

Muchos residenciales de apartamentos están orientados no solo en dar alojamiento, también a facilitar la integración de sus residentes. 

Por ello cada vez es más común encontrar estos tipos de residenciales de alquiler en los que se organizan eventos y actividades gratuitas y hasta crean apps con chat para uso exclusivo de los residentes y animan a que los vecinos interactúen por ejemplo haciendo sorteos entre los que se animan a recomendar establecimientos gastronómicos locales...


Sándwich, galletas y Martini en el Residencial

Sándwich, galletas y Martini en el Residencial


Nosotros es la primera vez que vivimos en un tipo de alojamiento con estas características y por lo que estoy viendo por aquí los vecinos son en su mayoría o gente joven que trabaja en remoto, mucha procedente de varios puntos del país, otros como nosotros incluso de fuera y también mucha gente jubilada. 

Probablemente la mayoría de gente joven está lejos de su familia y de su entorno y aquí encuentra un espacio que le brinda la posibilidad de conocer gente de una manera sencilla. 

En el caso de la gente más mayor imagino que después de que sus hijos se hayan marchado de casa y ellos ya se hayan jubilado, han podido encontrarse con casas demasiado grandes y vacías, mientras que aquí se encuentran más arropados por la comunidad. 

Nosotros de momento ya hemos conocido aquí más gente en un mes que en dos años y algo en el lago y algo que jamás ocurrió allí, ya nos han invitado a comer fuera y nos han invitado a cenar en su casa varios vecinos. 

Y de momento con estos cambios, comenzamos a vivir nuestro duodécimo año en Estados Unidos, en concreto en la mejor parte de este país, Nueva Inglaterra

¿Me acompañas en las siguientes aventuras o desventuras? 


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