jueves, 6 de junio de 2024

Teatro Music Hall en Portsmouth


Si seguís la cuenta de Instagram del blog y soléis ver las historias que comparto en la cuenta a diario ya sabréis que llevamos unos meses viviendo en un residencial de apartamentos con zonas comunes y eventos muy variados y frecuentes.

Uno de esos eventos fue un tour gratis por el histórico Music Hall en Portsmouth, el teatro más antiguo de New Hampshire.


📹  Vídeo: 



Además el tour privado finalizaba con una invitación a un cóctel gratuito en el club exclusivo para miembros que acaban de inaugurar recientemente. Y nos informaron de que automáticamente todos los residentes de este residencial hemos pasado a ser miembros.  



El Music Hall en la actualidad es un teatro con capacidad para 895 asientos que ofrece eventos musicales, charlas literarias, proyecciones cinematográficas, monólogos... y que recibe anualmente a más de 130.000 espectadores



Una vez que estéis en Portsmouth no tiene pérdida, ya que se encuentra en el centro y es fácilmente identificable por su gran letrero luminoso de neón y la curiosa elección de colores de su fachada, rosa con adornos en amarillo.  



Además del gran arco de algo más de 11 metros de altura que hay entre la calle principal y la bocacalle en la que se encuentra el teatro, Chestnut Street

Esta obra de arte público fue donada por el Music Hall a la ciudad de Portsmouth en el año 2018 para rendir homenaje al patrimonio arquitectónico de la ciudad, ya que está inspirada en sus arcos históricos del siglo XIX.  



Si venís desde fuera, esta es la dirección que debéis de buscar en el GPS, aunque no cuenta con aparcamientos privados.  


📍  Dirección: 

28 Chestnut Street
Portsmouth, NH 03801


También cuentan con otro espacio adicional abierto en el 2011, aunque renovado por completo en el 2022 con capacidad para 116 asientos, The Music Hall Lounge, ambos ubicados a solo unos pocos pasos de distancia. 


📍  Dirección: 

131 Congress Street
Portsmouth, NH 03801


Durante el tour mientras vamos visitando las zonas del teatro, desde la entrada hasta el backstage y finalizando sobre el mismo escenario, nos van contando su historia, desde antes de su construcción, hasta sus reformas más recientes y sus curiosidades. 

Una historia que en realidad comienza con la fundación de Portsmouth, pero que yo aquí voy a resumir con lo que me pareció más interesante. 

En el lugar en el que se encuentra actualmente este teatro había una Iglesia Bautista, conocida como el Templo

Esta Iglesia era un lugar común en los que participaban dando discursos algunos oradores conocidos de la época, entre los que destaca el escritor Ralph Waldo Emerson

La Iglesia se quemó durante la Nochebuena de 1876 y en ese mismo espacio, al año siguiente, construyeron el teatro. 

Su inauguración fue en 1878, aunque entonces tenía otro nombre, Vaudeville Theater y era propiedad de una familia local, los Peirce

En 1899 un político local y hombre de negocios llamado Frank Jones compró el teatro y un pequeño terreno adyacente que había sido usado como prisión, asilo y establo. 

Usó ese nuevo terreno para ampliar el teatro, concretamente para dar mayor profundidad al escenario y también hizo algunas reformas como añadir decoraciones con pan de oro, querubines pintados... y otras mejoras hasta que reabrió en 1901

Un año después de completar las reformas y abrir el nuevo teatro, su propietario, Fran Jones, murió. 

F.W. Hartford compró el teatro en 1903 y después de su muerte pasó a manos de su familia hasta que lo sacaron a subasta y fue comprado por la segunda puja, $10.000 el 3 de mayo de 1945

El nuevo propietario, Guy Tott de Kittery le cambió el nombre y pasó a llamarse The Civic, un cine que permaneció abierto durante 40 años hasta que volvió a ponerse en venta en 1985

Los nuevos propietarios lo compraron con la idea de convertirlo en viviendas, pero al parecer se enamoraron del antiguo edificio e intentaron devolverlo a la vida, lo que casi les cuesta la bancarrota. Así que decidieron volver a su plan inicial de convertirlo en viviendas, pero esta vez el ayuntamiento se lo impidió por razones de conservación de un edificio histórico. 

Finalmente un hombre de negocios de Nashua compró el edificio para salvarlo, pero para 1988 ya comenzó también con la idea de convertirlo en viviendas. 

Esta vez la encargada de comprarlo fue la organización sin ánimo de lucro que se creó para salvar el edificio, Friends of The Music Hall

Como comentaba al principio el tour empieza por el recibidor, The Founders Lobby, la zona en la que se compran las entradas.  



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Además de contar con una pequeña barra con bebidas y aperitivos. 



Esta zona fue restaurada por completo en el año 2008 con un diseño del estilo del Art Nouveau o Modernismo mezclado con algo de Beaux Arts y Art Deco.



Lo primero que llama la atención son sus paredes curvadas decoradas con imágenes de los archivos históricos del teatro entre las que podemos distinguir desde fragmentos de antiguas entradas, anuncios, programas, fotos, partituras musicales... 




Aunque lo realmente curioso y lo que más llama la atención aquí son los servicios públicos. A cada lado del lobby al fondo nos encontramos con las entradas al servicio de mujeres y al de hombres, que afortunadamente nos dejaron visitar durante el tour. 



El diseño de ambos servicios está inspirado en Gaudí, con techos que recuerdan a un bosque de fantasía con árboles de bronce fundido y ramas. 




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El servicio para mujeres además cuenta con una amplia zona con espejos, un sofá y un lavamanos central circular muy curioso. 




El servicio para hombres es más pequeño, pero definitivamente también es bastante curioso y tiene como una especie de chimenea. 



Y su espejo coqueto. 



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Nos contaron que en el año 2015 se quedaron segundos en una competición nacional anual de servicios públicos organizada por The Cintas’ America’s Best Restroom Contest.

Los ganadores de ese año fueron unos servicios de la ciudad de Minturn, Colorado, concretamente Town of Minturn Public Restrooms

Siguiendo con el tour al comenzar a subir las escaleras nos paramos para ver un grafiti que habían descubierto durante las obras de restauración al quitar varias capas de pintura y de papel de pared.  

Lo llaman el fantasma, aunque a mí me recuerda más a un arlequín. 



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Arriba nos encontramos otro recibidor o lobby con un bar,  Harry’s Bar, aunque allí nos contaron que es el espacio del teatro sobre el que probablemente sepan menos. 



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Lo que parece es que originalmente allí estarían las zonas para comprar las entradas, ya que la zona de abajo sería solo la entrada al teatro. 

Actualmente aquí venden algunos aperitivos como chocolatinas, palomitas, helados... y también refrescos o bebidas con alcohol, a excepción de cervezas de barril. 

Aunque lo más curioso que nos contaron aquí fue sobre los objetos que algunos trabajadores encontraron durante los trabajos de reformas. 

Una lata de "Jimmy Fund" una organización benéfica ligada al Dana-Farber Cancer Institute que fue fundada en Boston en el año 1948 para recaudar dinero destinado a la investigación o a tratamientos de pacientes con cáncer. 



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Según nos contaron el sonido de monedas en esas latas era algo muy típico en los cines de Nueva Inglaterra hace unas décadas, ya que voluntarios pasaban antes de las películas para recaudar dinero e iban agitándolas para hacerlas sonar y llamar la atención. 

También había un envoltorio de un chicle, Pepsin Gun, que al parecer era indicado para después de la cena, ya que llevaba pepsina, lo que le hacía mejorar la digestión. 



Y otro envoltorio, esta vez de una chocolatina Hershey's, la compañía fabricante de chocolates más grande de Estados Unidos

Lo curioso de este antiguo envoltorio es que podemos leer "More sustaining than meat" es decir, más nutritivo que la carne. 



Y desde allí ya pasamos directamente a la sala del teatro, primero a la tribuna de arriba donde nos hablaron entre otras cosas sobre la lámpara de araña y el sistema que han colocado que la baja hasta el suelo para poder limpiarla bien. 




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También sobre los asientos, que buscaron algo que fuese lo más parecido a lo que había allí originalmente y pusieron unos renovados de otro teatro que demolieron. 



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Después bajamos al patio de butacas.

Como veis las fotos están un poco oscuras, ya que no hay demasiada luz allí dentro, pero nos dijeron que eso era el máximo de luminosidad que se conseguía allí entre luz natural y artificial.  



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Lo que más llamó mi atención fueron los palcos que hay a ambos lados del escenario. 



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Nos contaron que más que para ver los espectáculos, fueron diseñados para que el público viese a quienes se encontraban dentro. Y que en la actualidad ellos lo usan más que nada para guardar material o también es usado por fotógrafos porque tiene un buen ángulo para captar a la gente que está frente al escenario. 

Sobre la cabeza dorada que adornan la parte de arriba del escenario nos contó que la cara es la de Frank Jones, el rico político local que compró el teatro en 1899 y que además esta no es la única que podemos encontrar por Portsmouth. Al parecer hay un total de seis, ya que tenía la costumbre de colocar su cara por algunos edificios. 



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Después pasamos a la zona que hay detrás del escenario donde podemos ver otra lámpara araña y lo que más llamó mi atención, la enorme puerta que da a la calle y ya había visto desde fuera en otra ocasión. 

Según nos contó dice que era para poder meter a un elefante adulto, pero que no tiene constancia de que lo hayan hecho, sí que han metido caballos, pero de todas formas esa puerta es demasiado alta incluso para el tamaño de un elefante, sería más bien para una jirafa. 


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En los últimos 20 años la única vez que han abierto la puerta entera ha sido para meter la réplica de un barco. 

Y de allí pasamos a la Green Room, la sala verde que es el espacio en el que los artistas esperan antes de subir al escenario. 



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Subimos unas escaleras y llegamos a los camerinos, todos muy nuevos, aunque muy sencillos, esperaba algo más de glamour. 




De allí pasamos a la zona en la que se encuentra la maquinaria escénica, la parte de la tramoya que en este teatro se sigue conservando la original, algo no muy común en los teatros actuales de Estados Unidos, aunque en Europa aún se conservan algunos.  




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Finalizamos el tour sobre el escenario, aunque solo la parte histórica del teatro porque aún nos quedaba visitar la nueva zona que acaban de abrir, un club privado para miembros del que ya había comentado algo al comienzo de esta entrada. 



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The Music Hall Members Club cuenta con una decoración art decó y un estilo de Speakeasy, los establecimientos que vendían alcohol de manera ilegal durante la época de la Prohibición en Estados Unidos

Se encuentra en otro edificio histórico de Portsmouth, The Kearsarge. Un edificio de ladrillos que aunque fue construido originalmente como una residencia para dos familias en el año 1866, también funcionó como un hotel. 

No tiene pérdida, ya que está conectado con el teatro, aunque también tiene una puerta de acceso directo. 



Está abierto de martes a domingo desde las 4 de la tarde hasta las 9 de la noche, aunque sus horarios están vinculados a la programación del teatro y pueden cambiar. Además la entradas algunas noches están reservadas a miembros de los niveles más altos. 




Dentro del club nos encontramos con McKeon’s Bar en el que sirven cócteles, refrescos, té y café. 




En la sala contigua hay dos espacios diferenciados, Newburyport Bank Room con grandes sillones y una chimenea. 




Y The Wentworth Room con sillas y mesitas. 




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Nosotros de momento disfrutamos de estos cócteles gratis, aunque también tenemos una invitación para ver dos películas gratis y otros beneficios. 




Los cócteles estaban muy buenos, tanto el que se pidió Fran con alcohol, como el que me pedí yo sin alcohol. 

En la carta tienen un "cóctel sin alcohol" que realmente sí lleva alcohol

Es una lata y ya viene preparado, no como los otros que nos tomamos, pero es que en la misma lata ya pone que es una bebida sin alcohol y luego ponen la cantidad de alcohol que tiene, que aunque sea poca, tiene. 

Alcohol-free Lime Daiquiri <0,5% vol. (250ml). 



Supongo que no incumplirá ninguna normativa, pero no me parece ético y no debería estar permitido que se etiquete ninguna bebida con alcohol como sin alcohol. 

Además de que por mucho que la empresa se justifique diciendo que la cantidad de alcohol es mínima y de que otras bebidas y alimentos también contienen alcohol, en sus redes sociales o web no veo a niños bebiendo sus bebidas "sin alcohol". 

¿Qué os ha parecido este teatro victoriano? ¿Tenéis alguno similar en vuestra zona?


2 comentarios :

  1. Belkis Martín Lorenzo10 de junio de 2024, 11:56

    Espectacular!! Muchas gracias por enseñarlo!

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