Otro otoño, el noveno y otro aniversario, el octavo de nuestra vida en Boston.
Una vida que como ya predije, venía cargada de cambios, aunque entre todos los que han llegado, algunos no me los hubiese imaginado nunca.
La vida a las afueras de Boston, a esos 8 kilómetro de distancia, me han enseñado cosas, como que debo de hacer más caso a mis instintos.
Ahora ya puedo afirmar que la vida en los suburbios de las ciudades no es lo mío. Y es que puede que esta situación me haya creado la duda de si es mejor vivir lejos de los grandes centros urbanos, pero algo que tengo claro es que vivir a las fueras de ellos, solo viene con lo negativo de ambas opciones. Siempre desde mis circunstancias y gustos personales.
Precios altos a cambio de un poco más de espacio, aunque aún sigo viviendo en vertical y compartiendo espacios comunes. Perdiendo en servicios, aquí no hay hospitales, centros comerciales, ni vida social u ocio, pero además, es que tampoco hay transporte público de calidad, ni metro, ni tren. Estamos muy cerca de la ciudad, pero a la vez muy lejos de ella.
Y después tengo la suerte de tener los mejores vecinos del mundo. Esos que no les importa tener un patio más grande que sus casas, pero se pondrán a cualquier hora, festivos y laborales y justo debajo de tu ventana, por muy estrecho que sea el espacio, para cortar maderas o usar máquinas que hagan ruidos infernales.
📹 Vídeo:
Si encuentro casa antes de perder la cabeza por completo, ya os contaré dónde nos ha llevado la vida el año que viene, pero definitivamente no nos quedaremos por aquí más de lo estrictamente necesario.
Esto de la búsqueda de casa se ha vuelto una auténtica pesadilla, si pensabais que encontrar casa, de alquiler o compra, en Massachusetts era complicado, no os podéis ni imaginar lo que ha empeorado todo. Y además, es contagioso, porque New Hampshire no se ha querido quedar atrás, así que no, huir al estado de arriba, no es tampoco la solución perfecta.
Otra de las novedades, después de disfrutar de un 2019 lleno de viajes y comenzar el 2020 casi sin parar de viajar, llegó el parón total, el encierro durante meses, aunque en nuestro caso voluntario, ya que aquí nunca ha sido obligatorio, solo recomendado.