










A pesar de todo puede resultar un poco complicada, quizás hay demasiada oferta y es algo caótico saber elegir entre tanto. Además hay muchísimos puestos callejeros y también locales escondidos por todos lados que no hace fácil encontrar las mejores opciones. Algunas veces no tienen los típicos carteles o luminosos que nos ayudan a reconocerlos y otras están dentro de edificios, no en plena calle.

Nosotros tuvimos la suerte de que nos invitaran a comer algunos compañeros de trabajo locales de Fran. Ya os he contado en una entrada individual la mejor experiencia culinaria que tuvimos allí en Tokio, una cena en una izakaya tradicional, de las que ya apenas existen, una joya cultural que no podéis perderos.
🍙 Cena en una Izakaya Tradicional en Tokio
Aunque la mayoría de los días que estuvimos allí, me tocó pasarlos sola, algo que me permitía ir a mi ritmo, pero también tenía sus desventajas, como a la hora de pedir, ya que no tenía con quien compartir platos para probar más opciones.
De todas formas eso no me impidió almorzar en varios restaurantes, probar algunos de los platos más típicos y explorar todo lo que me dio tiempo la oferta gastronómica de Tokio.
Este tipo de restaurante se conoce como Kaitenzushi, aunque también lo podemos encontrar con otros nombres como Sushi-Go-Round, Conveyor Belt Sushi o incluso Sushi Train Restaurant o en español Tren de Sushi.

Esta versión de comida rápida de los restaurantes de sushi, es muy popular y seguro que la habéis visto en algún sitio. Se colocan diferentes platos en una banda que va girando y de la que los clientes pueden ir cogiendo directamente lo que quieran consumir.

El sushi que sirven suele ser de menor calidad en estos restaurantes, pero también los precios son más bajos.


Iba a ser una cena informal, después del trabajo, en una izakaya tradicional, propiedad de la familia de un amigo de uno de los compañeros.
Las izakayas son locales muy populares en Japón en los que suelen ir al salir de las oficinas muchos trabajadores junto con los compañeros a tomar algo, especialmente a beber sake. Un concepto muy similar al que tenemos en España, al ir a tomar unas cervezas con los compañeros después de salir de trabajar.
Además se suele comer para acompañar la bebida, pero suelen ser más aperitivos o tipo raciones para compartir entre todos, algo similar a las tapas, donde lo que prima es el beber, más que la comida, sobre todo en sus inicios.
Y es que las izakayas tradicionales aparecieron en Japón como alternativas a los locales para beber sake, en los que no había asientos y la gente bebía allí mismo de pie. Con el tiempo algunos de estos locales fueron añadiendo los barriles de sake para acomodar a sus clientes, algo que también es muy típico aún en la actualidad en las tabernas de vinos, al menos en Andalucía, donde se usan los barriles como mesas.
Y después llegaron los aperitivos, algo de comer para acompañar el sake, lo que ha evolucionado a las izakayas actuales que se pueden encontrar en todo Japón. Algunas de ellas incluso han adoptado una versión parecida a los buffet libres, en los que puedes consumir todo lo que quieras dentro de un periodo estipulado de tiempo.


Una gastronomía que se ha convertido en una de mis preferidas, junto con la española, incluso muchos años antes de probar la real, la elaborada allí en Japón, porque cualquier expatriado sabe, que por muy similar, ninguna cocina es exactamente igual fuera de sus fronteras.
Aquí hay muchos restaurantes japoneses, no obstante Estados Unidos es el país del mundo en el que más expatriados japoneses viven, con una cifra muy superior a otros países como China, Australia, Tailandia y Canadá que le siguen en ese mismo orden, pero con cifras notoriamente más bajas.
Además he tenido la oportunidad de visitar y disfrutar de la gastronomía japonesa en los tres barrios japoneses oficiales que en la actualidad existen en Estados Unidos. Concretamente en las ciudades de Los Ángeles, San Francisco y San José, como veis todos en California. Son conocidos como Japantown, J-Town, o Little Tokyo entre otros nombres y por razones obvias son las mejores alternativas a la comida real japonesa en este país.
Aún así, fui consciente de que este viaje a Tokio era mi mejor oportunidad hasta el momento para conocer de verdad esta gastronomía que tanto me había impactado. Y por ello, no desperdicie ningún segundo para probar todo lo que pude.
Solo fueron dos semanas, pero no paré de comer, aunque tengo que decir que por alguna razón, no subí de peso, como me ocurre durante todas las vacaciones, en este caso fue al contrario.
¡Y como podéis ver en esta entrada, no me privé de nada, ni de dulces!
Lo primero que estaba deseando probar, ya imagino que todos os lo podéis imaginar, era todo lo que tuviese que ver con el matcha.