
Sugar Hill es un pintoresco pueblecito en las montañas de New Hampshire, con un curioso nombre que seguro no deja indiferente a nadie, especialmente a ningún Sweet Tooth, o goloso, como diríamos en español.
La Colina de Azúcar, la traducción en español del nombre de esta pequeña población, viene por las grandes arboledas de arces azucareros que crecen en esta zona.
Se encuentra dentro de los límites de Grafton County, en la frontera estatal central oeste, separado del estado de Vermont por el río Connecticut. Siendo uno de los cinco condados originales que fueron establecidos en New Hampshire y el segundo condado más grande por tamaño de todo el estado.
Sugar Hill lo podemos encontrar al oeste de Franconia y el sur de Littleton, en la parte occidental de las White Mountains.

En cuanto a su historia como pueblo, no se remonta muy atrás, ya que no fue hasta el año 1962 cuando se convirtió oficialmente en un pueblo, siendo la última incorporación de una población al estado de New Hampshire.
Anterior a esto era un resort victoriano que atraía a artistas y a familias adineradas para estancias vacacionales y que pertenecía a la población vecina de Lisbon.
Había varios hoteles populares entre las familias adineradas que buscaban escapar de los veranos calurosos, húmedos y con mayor contaminación de las grandes ciudades cercanas, especialmente de Boston o Nueva York.
Aquí disfrutaban del aire fresco y de las espectaculares vistas de las montañas, de las White Mountains en New Hampshire y de las Green Mountains de Vermont.
Algunas de las cadenas montañosas que podemos ver son las cordilleras Presidential, Franconia, Kinsman y la montaña Dalton.
