
Séptimo aniversario de nuestra vida en Boston cumplido y comenzando a disfrutar de nuestro octavo otoño, esa estación que cada vez me gusta más y que cada año espero con más ganas.

Los colores del otoño, sus olores y esa melancolía otoñal asociada a esta estación que aquí se combate con brujas, monstruos escalofriantes u otros disfraces graciosos, porque aquí en Halloween todo vale.



Tampoco nos podemos olvidar de los millones de chocolates y dulces que se consumen en estas fechas. No podemos negar que con chocolate, toda melancolía se lleva mejor.
Aunque también con ganas de que llegue este octavo invierno, porque aún no me he cansado de vivir inviernos en Massachusetts, ni de sus tormentas de nieve, ni de sus días de frío intenso que te dejan la cara mucho mejor que cualquier lifting y a precio de ganga 😜
Seguimos disfrutando de esta ciudad, desde su clima a su gastronomía y desde sus eventos y festividades a su ritmo y peculiaridades.




Seguimos sumando años y con ellos amigos nuevos que van llegando a nuestras vidas o se van consolidando en ellas, pero también despedidas, aunque siempre temporales porque los amigos de verdad nunca se despiden.


Además si algo he aprendido es que en esta vida las casualidades existen y que el querer muchísimas veces es poder, que el mundo es mucho más pequeño de lo que nos imaginamos y que las distancias y las barreras suelen estar más a menudo en nuestras mentes que en la propia realidad.
Una de las peculiaridades de esta ciudad es su ritmo de acogida y despedida de gente tan continuo y persistente que muchas veces agota, pero como todo en la vida, tiene sus ventajas e inconvenientes.
La ventaja más importante son las oportunidades que nos brinda de conocer a personas de todo el mundo, unidas por unas mismas circunstancias, fuera de nuestras zonas de confort, que nos animan a relacionarnos y crear vínculos que hubiesen sido mucho más complicados en otras situaciones.
Algunas veces estar fuera también nos acerca más a casa y no solo por la circunstancia tan irracional que tenemos de valorar más lo que teníamos cuando ya no lo tenemos, o de extrañar lo que antes era cotidiano y en el momento parecía aburrido.

Este año no hemos podido volver a España, este año ha tocado aniversario, el décimo desde aquel verano en el que comenzó esta aventura y ha tocado volver, pero a Ámsterdam, porque fue allí donde comenzó todo para nosotros.


Nuestras vacaciones a España llegarán, pero lo harán el año que viene, siguiendo con esta tradición de volver cada dos años.

De momento y aunque algunas tradiciones siguen intactas, también ha habido cambios, algunos que ya anunciaba el año pasado que probablemente llegarían. Los mismos por los que algunos me preguntasteis sorprendidos por privado cuando lo leísteis.
💐 Sexto Aniversario de Nuestra Vida en Boston
Ahora os puedo confirmar la llegada de esos cambios, al menos el que ya me esperaba, que ha sido la mudanza, el cambio de casa después de siete años en la misma buhardilla de mi querido Harvard Square.


Ahora estamos en una casa mucho más grande y cómoda, pero más apartada del bullicio de Harvard que tanto me gusta. Una mudanza a solo a ocho kilómetro y medio de distancia, que no parecen muchos, pero se me hacen eternos, al menos en estos primeros tres meses de adaptación que llevamos aquí.
📹 Vídeo:
Por ahora, he cambiado ese ambiente estudiantil por uno más familiar que va muy poco con mi personalidad, pero también he ganado en otros aspectos.
Y al final esos ocho kilómetros que algunas veces parecen infinitos, la realidad nos demuestra que no lo son tanto.
Ahora toca adaptación, de nuevo, pero en eso nosotros ya tenemos un máster.
Por otro lado, la estabilidad que llegó el año pasado en forma de tarjeta verde, esa Green Card que tanto nos costó y que parecía que no iba a llegar nunca, también nos ha traído cambios, en este sentido mucho más positivos.

Cambios que apenas acaban de llegar y que hemos celebrado y seguiremos celebrando cada día porque se nos acumulan las celebraciones.
Hablando de celebraciones, si este año hemos celebrado nuestro décimo aniversario volviendo a Ámsterdam, este séptimo aniversario en Estados Unidos lo estamos viviendo en Florida.
Casualmente y aunque haya sido por motivos laborales, este año hemos vuelto en dos ocasiones a Florida, una a Miami y otra, en estos momentos a Orlando.




Miami fue la primera ciudad de Estados Unidos que visité, fue unos meses antes de mudarnos a Boston, aunque entonces aún no sabía que ese mismo año comenzaría mi aventura por Estados Unidos.




Casualidades que me llevaron por primera vez a Florida y casualidades que me vuelven a traer por aquí, pero para celebrar nuestros siete años en Boston, porque si algo tengo claro que esta ciudad me sigue enamorando.
Y es que Boston es única, la ciudad y el área metropolitana que la rodea. Con todos sus retos y desafíos diarios, con todo lo que nos hace tener y añorar, con todo y con más que no pueden describir mis palabras.

¡Aquí seguimos y aquí os esperamos con muchas ganas de continuar nuestro octavo año de aventura!
No hay comentarios :
Publicar un comentario