En este blog a lo largo de los años habéis podido ver muchas recomendaciones de establecimientos de hostelería como restaurantes, lobster shacks, cafeterías... pero pocos negocios dirigidos principalmente a la venta de bebidas alcohólicas.
Al ser abstemia, estos establecimientos no suelen ser lo que más visito, pero siempre hay excepciones y en este caso voy a compartir uno de estos negocios que aunque se centran más en las bebidas, en realidad es una opción ideal también para los que como yo, no bebáis alcohol.
Y con esta novedad en el blog, aprovecho para complementar todas las recomendaciones que incluyo en este blog.
Además comienzo con un speakeasy, que aunque no es el primero que he visitado, de momento sí es el que más me ha gustado de todos.
Un speakeasy en la actualidad es un establecimiento que recrea a los antiguos bares que servían alcohol de manera ilegal durante la Ley Seca de Estados Unidos.
La Ley Seca o "Prohibition" como era conocida en Estados Unidos, estuvo vigente desde principios de 1920 hasta finales de 1933, cuando la Decimoctava Enmienda de la Constitución de este país prohibió la fabricación, transporte, venta, importación, exportación de bebidas alcohólicas.
Esta enmienda fue ratificada por 36 de los 48 estados de la Unión y algunos meses después se aprobó finalmente la Ley Volstead. Inicialmente fue vetada por el entonces presidente Woodrow Wilson, aunque luego ese veto presidencial fue anulado por el Congreso.
No estaba prohibido específicamente el consumo, pero con el resto de prohibiciones era bastante complicado consumirlo, al menos de manera legal.
Y aquí es donde entran en juego todas las mafias que se crearon en torno a estas prohibiciones y los speakeasies.
Generalmente estos locales estaban escondidos dentro de establecimientos legales, algunas veces en sótanos o en habitaciones secretas y para acceder a ellos había que saber alguna contraseña, ya fuese oral, algún tipo de golpes en la puerta o incluso algún apretón de manos específico.
Muchas veces los establecimientos que usaban como tapaderas eran barberías y aunque obviamente no había ninguna señal exterior de que allí se encontrase un speakeasy, los clientes se iban pasando la noticia de unos a otros.
El término por el que se conoce a estos locales clandestinos, Speakeasy, se originó cuando los camareros les pedían a sus clientes "speak easy" es decir, que hablasen en voz baja, para no llamar mucho la atención, mientras pedían en la barra alguna bebida prohibida con alcohol.
Chuck’s BARbershop es bastante fiel a la descripción general de esos establecimientos, al menos se encuentra en la parte trasera de una barbería y es necesario conocer una clave secreta para que te abran la puerta de acceso a este curioso speakeasy.
Se encuentra en la capital de New Hampshire, la ciudad de Concord, que aunque es pequeña y no tiene en principio demasiado interés turístico, al menos cuenta con varias opciones para hacer alguna visita interesante.
Entre otras podemos considerar visitar la Casa del Estado de New Hampshire, la casa ahora museo de Franklin Pierce, quien fue el 14 Presidente de Estados Unidos, o su tumba en el Old North Cemetery, la New Hampshire Historical Society...
Solo algunas opciones para tener excusas extra y visitar esta pequeña capital de estado de Nueva Inglaterra, aunque en esta entrada me voy a centrar en este establecimiento, que realmente por sí solo ya es suficiente aliciente para acercarnos hasta Concord.
Se encuentra a unos 3 minutos andando desde el New Hampshire State House, aunque en una calle secundaria, algo más escondida.
📍 Dirección:
Concord, NH 03301
Una vez que llegas te encuentras con lo que parece una barbería, pero es que hasta por fuera el edificio de ladrillo rojo parece de otra época.
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Nosotros llegamos ya de noche y lo que más llamaba la atención en esa fachada era el cilindro tricolor típico de las barberías que además estaba iluminado.
Al abrir la puerta no te imaginas lo bien que está todo montado, parece que esa puerta es en realidad un portal mágico que te envía a otra época.
Después de unos minutos fijándonos en todos los detalles, vimos un cuadro en la pared.
En el cuadro había un calendario del 2023 con un acertijo que decía que algunos meses tienen 30 días y otros meses tienen 31 días. ¿Cuántos meses tienen 28 días?
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Nosotros sabíamos la respuesta, pero no qué debíamos de hacer para pasar, aunque entonces sonó un teléfono.
Yo respondí al teléfono y una mujer nos preguntó si sabíamos la respuesta a la pregunta que había en el cuadro, yo le dije que 12, todos los meses tienen 28 días y ella me dijo que nos teníamos que poner a la derecha todos.
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El acertijo va cambiando cada mes, por lo que si no queréis arriesgar a llegar allí y no saber la respuesta, podéis visitar la página de Facebook de este establecimiento y allí al menos podéis saber la pregunta con antelación, aunque no publican la respuesta.
Es curioso hasta por dónde se abre la puerta, porque no es la que pensábamos que era, pero al apartarnos a la derecha nos dejaron pasar.
El interior del establecimiento es también muy impresionante, es pequeño, con una barra y algunas mesas altas en la sala principal y luego otra sala más privada al fondo con sillones y mesas de café, como más de relax.
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Además tiene otra sala más pequeña también con barra y mesas altas, pero la noche que nosotros fuimos estaba cerrada.
Nosotros fuimos una noche fría de invierno, para celebrar que había llegado mi pasaporte estadounidense, pero al ser entre semana, no había demasiado ambiente, aún así no estaba vacío.
Además de bebidas sirven también comida, aunque cuando fuimos nos dijeron que aún no estaban sirviendo su menú de comida completo.
Tienen problemas encontrando personal y debido a eso, solo estaban sirviendo algunas tapas y algunos especiales, pero nos dijeron que estaban intentando volver a servir toda su carta lo antes posible.
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Aún así todo lo que probamos estaba bastante bien, no es comida gourmet, pero tampoco era lo que esperábamos, así que al ir con las expectativas bajas, hasta nos sorprendió positivamente.
Fuimos tres adultos y estos fueron los platos para picoteo y compartir que pedimos esa noche.
Fried Brussel Sprouts $8
Panceta, Garlic, Shallot
Nashville Cauliflower $13
Pepper spice
Cajun Shrimp $12
Avocado, cucumber
Stuffed Mushroom $14
Hot Sausage, Sundried Tomato, Spinach, Chevre
Truffles Fries $8
White Truffle Oil, Parmesan, Romano, Fresh Herbs
Dessert Special $14
El postre especial era una tarta de peras.
De beber Fran y yo pedimos un Mocktail, que son cocktail sin alcohol. No están en el menú, pero si los pides te dan la opción de elegir entre sabor afrutado o dulce.
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También tienen cervezas, mi padre se pidió una de lata de Vermont.
Cuando nos los sirvieron nos preguntaron que si nos gustaban y nos dijeron que si no, nos los podían cambiar por otros.
En cuanto a los cócteles con alcohol y otras bebidas no os puedo decir mucho, pero los mocktails estaban muy buenos.
Por lo que veo en sus redes sociales, parece que ya han comenzado a servir su menú completo, así que en cuanto tenga ocasión de volver amplio la información.
Los platos eran los tres también antiguos y curiosamente eran dos hecho en Japón y uno en Alemania.
📹 Vídeo:
El servicio fue correcto en todo momento y al menos la persona que nos atendió fue muy amable, intentando hasta chapurrear un poco de español.
En cuanto al coste, más o menos está al precio medio de la zona, quizás un poco más caro, pero también pagas por el ambiente y los detalles.
En conclusión es un sitio bastante curioso y muy recomendable para una experiencia diferente.
¿Habéis visitado algún speakeasy?, ¿qué otros speakeasies recomendáis?
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