
Once años viviendo en Estados Unidos, viviendo nuestro duodécimo otoño por este país en los que hemos pasado de aliens a residentes permanentes y luego a ciudadanos, siempre inmigrantes, pero ahora con dos pasaportes.

Ahora ya parece que no se puede usar la palabra alien, cuando nosotros llegamos se usaba igualmente si eras indocumentado o como nosotros, llegabas con visados y con todo en regla. A mí nunca me pareció una ofensa, siempre me hizo gracia, pero es como todo, las palabras son solo eso y tienen el valor que nosotros queramos darles.
Yo he sido alien y para mí eso significa que dejé todo lo conocido para explorar un mundo nuevo, al que no pertenecía, pero en el que conseguí integrarme, conseguí adaptarme y en el que ya llevo más de una década.
Ya no me considero tan alien como al principio, creo que este mundo ya es poco mío también. En cambio lo de inmigrante creo que lo llevaré por bandera toda mi vida. Olvidarme que aquí soy una inmigrante es olvidar mi tierra, de dónde vengo y eso es algo a lo que no pienso renunciar ni en un millón de años.
El año pasado, como casi cada año, compartí por el blog mi Décimo Aniversario en Nueva Inglaterra, aunque el 2022 fue un año más tranquilo, en el que disfrutamos de la vida en el lago. Quizás lo más destacado fue que Fran comenzó su vida como ciudadano de Estados Unidos.
🇺🇸 Décimo Aniversario en Nueva Inglaterra
El 2023 ha sido otro año de cambios, comenzando con mi ciudadanía, que llegó de regalo de Reyes Magos a principios de enero.

Los primeros seis meses seguimos en la casa del lago, pero aunque no fue una decisión fácil, después de junio, volvimos a hacer mudanza y maletas.
